lunes, 25 de octubre de 2010

Vino





Vino, primero, pura...


J R J

Vino, primero, pura

"Vino, primero, pura"

Juan Ramón Jiménez

Vino, primero, pura,vestida de inocencia.Y la amé como un niño.
Luego se fue vistiendode no sé qué ropajes.Y la fui odiando, sin saberlo.
Llegó a ser una reina,fastuosa de tesoros…¡Qué iracundia de yel y sin sentido!
…Mas se fue desnudando.Y yo le sonreía.
Se quedó con la túnicade su inocencia antigua.Creí de nuevo en ella.
Y se quitó la túnica,y apareció desnuda toda…¡Oh pasión de mi vida, poesía
desnuda, mía para siempre!

Fuente: Juan Ramón Jiménez. "Vino, primero, pura" (1917). Páginas escogidas (verso). Madrid: Gredos, 1968.

domingo, 24 de octubre de 2010

LA CALLE 4







LA CALLE 4

Pablo Mora


La calle 4... donde me lanzó la aldea con dos viejos, tres hermanos y cuatro reales de por medio, donde conocí las lágrimas del sauce, donde conseguí el amor a tiempo, la de aquella Gruta, aquella Cueva que me enseñó la cara de la vida, la del Cristo que me mostró el color tostado de la piel cuando se va la guerra, la de Rafael, guindando de un árbol para siempre, la de Ofelia y sus alegres mamarrachos perdidos en no sé sabe qué botija, la de Doña Jabiela curando de maldeojo a tanto rico y pordiosero, la que me llevó a la Ermita, la de mi padre apacentando sus canarios, la de las madrugadas en busca de oración, la de María Bonita, Muela 'e Gallo, Pedro Chapuzas, Media Vuelta y María la de verde siempre con su eterno olvido, la de Elio y las primeras rimas, la del viejo seminario de mi padre, con sus calificaciones siempre en rojo, la de Pedrito el de Vanguardia, el que se fue al cielo a cobrar sus prestaciones, la de ahorcar los hábitos para irnos por la vida a hacer la guerra. La calle 4, para emprender el viaje por el mar y por la nieve, la de la más alta pesadilla, el día que se perdió mi sobrinita, la de la monjita española que lucía tanto camino de la misa o del altar, la del primer artículo y el primer poema, la del poema Azul de Salmerón Acosta y el Soneto Enamorado de Francisco Luis Bernárdez; la del Dios deseante y deseado de Juan Ramón Jiménez junto al Fausto de Goethe, los Poemas Humanos de Vallejo, las Residencias en Tierra y el Canto General de Neruda; la de Mayakovsky, Hernández, Pound, Whitman y Pavese; la de Dante, Huidobro, Benedetti, Cardenal, Cote Lamus y Gaitán Durán, Fidel, el Che, Camilo, Ojeda, Ugarte Pelayo y Argimiro... la de Pedro Pablo, Dionisio, Olivera, Ilia, Carrero Mora, Beroes y Manuel Felipe; la de Rubén, Michelangeli, Castro Medina, Mendoza, Alviárez, Agustín o Brun Detuski, Rafael o Carlos Guérin, Myriam, Pereyra, Campos y Ulacio; la de la Ópera Carmen junto al anafre de las cinco de la tarde, la de la primera clase en el Santa Teresita, el de las dulces onzas y puntales, la del Santísimo, quien me ayudó a no perder la fe, la de las hermanas Alix y Graciela Ruiz con su Album de la Rotunda de 1902 y versos de 1800, la de las Hermanas Ocariz de Rubio, la de la luna de tres de la madrugada, la del napalm a la hora de cantar el gallo para emprender el viaje a Cannes y los Alpes. Donde una tarde me fui en busca del amor y me encontré el monumento de la Francia. La calle 4, con misiles rusos, cubanos, Radio Habana, fusiles y guerrillas, la del 23 de Enero y el Cuartel Moncada y el Mayo del 68 en Turín con frío. La del negro Julián venido de no sé sabe dónde; la de La Bota Negra por donde mi madre bajó y subió, subió y bajó con su matriz al hombro mientras yo insensato tarde la noche con mi amigo parla y parla. La calle 4 No. 12-122. La calle 4 No. 11-61. La calle 4 No. 10-36 subida, bajada y brinco por la vida. La calle 4 No. 15-13. La calle 4 No. l5-l5, la lucha clandestina, el confinamiento de la vida. La calle 4 y pico No. 1-59 Las Acacias, esperando lo que venga, agazapado en el rincón de un cuarto, donde parece ancló mi vida, para irse cualquier día de repente si no es que viene un hijo de puta de la CIA a llevársela antes de tiempo... o algún toche policía a jodernos la paciencia... La calle 4 No. 10-36 frente a un par de leones de tramoya... La calle 4 y pico, digo... Las Acacias, echando vaina todavía, al compás de este insomnio terminal.



sábado, 23 de octubre de 2010

A propósito de Edoardo Sanguineti (1930-2010)






A propósito de Edoardo Sanguineti
(1930-2010)


Pablo Mora*


Al rescoldo de la fogata del Mayo Francés del ’68, tuvimos la satisfacción de conocer a algunos de los integrantes más preclaros del Grupo 63, entre ellos: Luigi Malerba, Alfredo Giuliani, Alberto Gozzi, Giorgio Manganelli, Nanni Balestrini, Antonio Porta, Elio Pagliarini, Angelo Guglielmi y Edoardo Sanguineti. Ora en el Teatro Stabile, ora en la sede de la Unione Culturale de Torino, nos fue posible adentrarnos en la investigación y vivencias de la “poética italiana contemporánea” a través de un conjunto de eventos denominados “lettura-spettacolo.” Edoardo Sanguineti, poeta, crítico y teórico literario italiano, habiendo nacido en Génova el 9 de diciembre de 1930, murió el 18 de mayo de este año 2010, mientras se desempeñaba como profesor de literatura italiana en la Universidad de Génova.
Protagonista de la literatura italiana de la segunda mitad del siglo XX, ya sea como autor de vanguardia, ya como estudioso, participó activamente en iniciativas intelectuales y en manifestaciones culturales. Sanguineti es una de las figuras más representativas de la neovanguardia; publicó numerosas colecciones de poesía experimental: Laborintus (1956), Triperuno (1964), Postkarten (1978), Bisdibis (1987). También escribió novelas, Capricho italiano (1963) y obras teatrales, Teatro (1969). Además de su actividad como traductor, sobre todo de las lenguas clásicas, hay que mencionar los libretos realizados para el músico Luciano Berio. Ligado a la explosión de la nueva vanguardia italiana, autónoma personalidad creativa, corresponsable de la antología I Novissimi, que en 1961 abrió una nueva estación a la poesía italiana contemporánea.
El Gruppo 63 se propuso un cambio radical de prospectiva en el lenguaje y en la concepción de la poesía. En referencia a las relaciones con el tejido socio-político, tarea fundamental era la relación del escritor con la realidad, estableciendo previamente los deslindes entre ideología y lenguaje.
Con el mayor de los orgullos podemos decir: io ero là! De esa fiesta espiritual, supimos, fuimos testigos entre los años 1966-1968. Saboreamos el fervor, la marcialidad con que Il Gruppo 63 se exponía y exponía su proyecto, sus planes, sueños, utopías. Prácticamente, se asistía a un verdadero montaje cultural ideológico-poético. A una manifestación artístico-espiritual, donde la lectura era lúcido espectáculo, en la que la improvisación, el diálogo o el “monodiálogo”, magistralmente ejecutados por los protagonistas del Gruppo, denunciaban claramente la autenticidad, el lungo miraggio que les permitiese como colectivo echar la vista adelante hasta oír la melodía del futuro: la nostalgia del futuro. Era como si se propusiesen leer para aprender a través de la exploración y el descubrimiento. Interpretar del mejor modo el malestar difundido en la sociedad de su tiempo. Un deseo irresistible de construir el nuevo texto, el alcance de la nueva palabra, la fisonomía de la nueva poesía.
Parafraseando a Pierre Bourdieu, Il Gruppo 63 al interior de un inconsciente cultural con peso funcional específico, asido a un particular “pathos metafísico”, representaba la tonalidad de humor que coloreaba las expresiones del momento. Reflejo de los pensamientos profundos de su generación, expresaba la visión del mundo necesaria —la utopía concreta—. En complicidad inmediata, situado y fechado, venía siendo la voz de su sociedad y de su época. Integraba Il Gruppo un definido campo intelectual a modo de campo magnético, con líneas de fuerza, lugares comunes, en los que el discurso, el lenguaje, el encuentro, el entendimiento, les permitía un abordaje común de los distintos problemas que su proyecto creador les demandaba, les exigía, en procura de un intelectual autónomo, inmerso en una autonomía o libertad creciente.
Desde los albores del futurismo, iniciador de la historia de los movimientos de vanguardia en el mundo, pasando por el ámbito neorromántico y la encrucijada del hermetismo de la década del veinte, inicia su aventura el nuevo realismo —gran estación poética italiana— volcado en una narrativa y en una poesía narrativa, dispuesto, reiterémoslo, a reflejar la angustia, los padeceres del hombre de su tiempo. Surge a renglón seguido, como hito cultural, en la poética italiana, la nueva vanguardia, representada ante todo por el Gruppo 63 en correspondencia con valores como Maiakovski, Joyce, Brecht y Dylan Thomas.
Edoardo Sanguineti —figura de las más destacadas del Grupo— apuntó siempre hacia una vanguardia revolucionaria dentro de una poesía que cumpliese una función social, al infinito, como lo testimonian los dos puntos al final de cada uno de sus poemas, en señal de que no terminasen ni terminen nunca.
Sanguineti, al abordar la experiencia de los “Novissimi”, nos adelanta una clave de lectura acerca del móvil o secreto de su obrar poético. Es cuando señala la partida de la idea de un retorno al desorden. Fórmula concluyente, lato sensu, para la nueva vanguardia en su conjunto: el retorno al desorden es el camino real del retorno a lo trágico. Desorden que de inmediato nos remonta a Arthur Rimbaud como fuente natural, cuando expresa que quería ser vidente mediante un largo, inmenso y razonado desorden de todos los sentidos. O en sus propias palabras: “Je veux être poète, et je travaille à me rendre voyant: vous ne comprendez pas du tout, et je ne saurais presque vous expliquer. Il s’agit d’arriver à l’inconnu par le dérèglement de tous les sens”.
Desorden que nos reporta al “descuartizamiento” —des-composición—, a las estructuras descuartizadas típicas de Balestrini y del mismo Sanguineti, sobre todo en obras como Triperuno donde el lector asiste a un simpatiquísimo laberinto infernal a lo largo de sus 88 páginas. Aventuras a contracorriente, a contra orden, que nos conducen a la conclusión formal con la que, inconscientemente, Edoardo Sanguineti califica, evalúa su propia obra al ponderar la de Balestrini: “Es una calculada combinación explícitamente propuesta como una de las infinitas posibles combinaciones del material lingüístico, en un universo enteramente compuesto de meras posibilidades y combinaciones lingüísticas.”
Se diría grosso modo que la poética de Sanguineti, apunta a un peculiar arte combinatorio a partir de un trabajado y respectivo cálculo combinatorio, que sobreviviendo a un enérgico descuartizamiento, en palabra dilatada, acuñada y combinada, protagoniza una auténtica alegoría amargamente verosímil de nuestro mundo, la que más allá del desarmable, patético cálculo combinatorio, desemboca en una poesía electrónica, una poesía ex machina, la misma que cada día con mayor celeridad, en evidente aggiornamento, se enseñorea y reta sin evidenciarse claramente sus inalcanzables, posibles, extremos desenlaces, entre los muchos tours y détours del polisémico, polivalente pensamiento poético de nuestros días.
Nos detuvimos en estas últimas consideraciones con el propósito de asomarnos al complejo acto de decodificación-construcción-deconstrucción que hoy por hoy espera y reta al usuario/lector/fruidor del reino electrónico en el que nos corresponde vivir.
Surge, entre otras tantas, la alternativa o proposición de una polivalencia poética que contemple, estudie, analice y explique, entre otras vehiculizaciones, las posibilidades de adaptabilidad del poema en cuanto enriquecimiento tanto en el orden endógeno como exógeno —vital-social—. Polivalencia que a tiempo y felizmente nos la prefigura Edoardo Sanguineti al indicarnos, con sus célebres dos puntos con que rubrica sus creaciones, lo inconcluso de cada poema, la perentoria y evidente necesidad de completitud creadora de parte del lector en busca del producto sinérgico-colectivo-poético o zetético poiesológico en que ha de afianzarse, a pesar de la angustia de este tiempo, la nueva conciencia cibernética, la nueva sociedad, la nueva palabra, el nuevo texto: la Poesía, Sociedad Anónima.

*Profesor Titular, Jubilado, Universidad Nacional Experimental del Táchira.
pablumbre@hotmail.com




Con Pablo Mora en Un Canto al Amor

Con Pablo Mora

http://www.comiradio.com/cantoalamor/?p=4

domingo, 17 de octubre de 2010

Kóper




Kóper


Kóper salió en busca de la tarde y lo agarró la nocheIba con su vida a cuestasTropezó con la calle presagiosaAquel día no volvió a su cuartoA Kóper se lo comió la nocheSalió de ronda tras su amory lo encontró la muerteTal vez se enamoró de otro planetao algún platillo lo llevó a la lunaLa ciencia nada pudo en pro de KóperA Kóper lo lloraron todos los rincones de la casaDe Kóper habló todo el vecindario al día siguienteA Kóper lo enterró la lluvia en plena madrugadaKóper tal vez haya conseguido oficio allá en el cieloy esté pastoreando estrellasVayamos Kóper con la vida a rastrasque la muerte no cuenta entre nosotros(Hoy pude comprobar perfectamenteque Kóper es palabra gravecon acento poético también)



Pablo Mora



sábado, 16 de octubre de 2010

El poder, la gloria y la soledad






El poder, la gloria y la soledad

Pablo Mora





Siempre nos ha llamado la atención el título El Poder y la Gloria (The Power and the Glory), obra maestra del británico Graham Greene, llevado a la vida del Palacio de Miraflores, a la vida del Poder Nacional. A pesar de que el título alude a la doxología añadida al final del Padre Nuestro: “Tuyo es el reino, el poder y la gloria, por los siglos de los siglos, amén”. Con todo, hemos pensado que ya en el reino de Jesús, como en la gestión gubernamental, se dan los momentos de soledad. “Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”. Lleno de angustia y soledad, oraba Jesús con gran apremio, impregnando la tierra con gruesas gotas de sangre. La gestión gubernamental se nos hace si no de sangre, sí de ofuscamiento, perturbación. Han de ser muchos los insomnios desplegados entre la oscuridad de la razón y la confusión de las ideas. Así que las gotas de sangre en el monte de los Olivos se asemejan al turbio relente de Miraflores al unísono del runrunante tifón de la Caracas que como la patria, hoy, no duermen.
Y si de pronto nos tropezamos con un titular como “El Estado nacional moderno quebró”. Acompañado de subtítulos como “La muerte de los dioses.” Junto a expresiones felices o infelices: De manera que si existen los viudos del muro de Berlín, igualmente los viudos de la Revolución Francesa. (Asdrúbal Aguiar). O agregamos la noticia de “La economía del hidrógeno” de Jeremy Rifkin en cuanto la creación de la red energética mundial y la redistribución del poder en la Tierra… donde trata acerca del fin de la era del petróleo y el nacimiento del hidrógeno como base energética de la sociedad. “Según Rifkin las diferentes predicciones se dividen en tres grandes grupos: el grupo formado por los gobiernos productores de petróleo que estiman que dicho pico se dará dentro de 35 años; el grupo formado por las agencias internacionales de la energía como el IEA (International Energy Agency), cuyas estimaciones apuntan al 2020 y, por último, el grupo denominado de los geólogos (constituido por geólogos que han trabajado en prospecciones petrolíferas), que lo estiman en menos de una década. Rifkin concede más crédito a este último grupo que a los otros dos… En consecuencia, tenemos menos de una década para obtener un sustituto del petróleo.”
Nos quedamos con la profecía de Sangre Zurcida: Definitivamente, Monstruo de las Mil Rarezas, viniste de la tierra y hacia ella vas. En el aquelarre más turbulento y tenebroso, te ejecutarán una noche de la que el mundo no se olvidará y menos los pueblos que te conocieron. Pasada ya tu era, te evocarán los tiempos como una ave rapaz, de paso, que cargó y acabó con la conciencia de los hombres, con las cosechas de la aldea. Como una estrella fugaz que ocultó la lumbre de los árboles. Como un devorador de sementeras que dejó sin aliento los sueños de los surcos de los bueyes. Como el más avaro de los dioses de barro que por querer trepar el firmamento, consumido por las más fulmíneas hogueras, consiguió el más horrendo alcatrazo de la muerte hasta caer en el abismo de los mares, de donde viene toda vida y a donde va todo sol. Arrancado del vientre de la noche, la tierra en tempestuosa fogarada, fecundará millares de arboledas.





De Alejandro Jodorowsky







De Alejandro Jodorowsky
Pablo Mora

Le preguntan qué consejo daría a la gente: "Daría tres. El primero es: haz siempre, porque si no haces, te arrepentirás, y si haces y te equivocas, al menos habrás aprendido algo. El segundo, no quieras nada para ti que no sea también para los otros. El tercero, no seas lo que otros quieran que seas, sé lo que tú eres". "La familia, la sociedad, la cultura, nos pone en un molde... cuando nos salimos del molde empieza la curación y no solo eso, hay que hacer algo que nunca haya hecho uno y mientras más difícil, mejor". "La mentira mayor es el ego..." "Muchos directores hacen películas con sus ojos. Yo hago películas con mis testículos". "Nadie se ha destruido a sí mismo para hacer un poema, nadie". "... no voy a hacer el camino universitario porque el estudio universitario es la muerte del arte. Los museos y los estudios universitarios son la muerte del arte. Entonces me voy a ir a hacer el arte, que después me metan de momia en un museo, ya vendrá... pero yo no voy a meter a nadie en un museo".

"Un filósofo que no podía caminar porque pisaba su barba, se cortó los pies". “Todavía nos queda mucho por conocer del propio hombre, sigue siendo un misterio y lo seguirá siendo, probablemente”. "No quiero nada para mí que no sea para todos". "Comprenderse a uno mismo significa sentirse mas allá de las palabras, dejándose caer en el abismo de lo impensable". "El silencio no tiene límites, para mí los límites los pone la palabra". "Por amor no solo copiamos los valores de nuestros padres, sino también sus enfermedades". "Una vez por semana, enseña gratis a los otros lo poco o mucho que sabes. Lo que les das, te lo das. Lo que no les das, te lo quitas."

"La Belleza es el límite máximo al que podemos acceder a través del lenguaje. No podemos alcanzar la verdad, pero podemos aproximarnos a ella a través de la belleza". "Ni tan rápido que alcances la muerte ni tan lento que ella te alcance a ti". "Los sueños interpretados no son importantes. Los importantes son los lúcidos: cuando eres y te haces consciente de lo que estás soñando. El arte y la poesía también son muy importantes". "El ego es sordo. Sordo y ciego. El ego debe ser domado". "Otorga a cada palabra raíces en el corazón". "La palabra que describe al mundo no es el mundo". "Cuando se abre una flor es primavera en todo el mundo".

"Cada segundo es la eternidad". "Donde quiera que vas arrastras una sombra tan inmóvil como el ladrón crucificado". "La verdad nunca se obtiene de nadie. Uno la lleva siempre consigo". "La mente no se conforma, esta ahí, su calidad depende del uso que hagas de ella". "Haz lo que estás haciendo lo mejor posible". "La mente humana, al encontrarse frente a otra mente más potente que ella, tiene tendencia a olvidarse de sí misma". "No te apropies de nada ni de nadie". "No me agradezcas lo que te he dado, me ha sido dado para ti". "Para cambiar el mundo es necesario comenzar por uno mismo". “Cuando te enfermes, en lugar de odiar ese mal considéralo tu maestro". “Oigo lo que dices en lo que no dices". El dinero es como el Cristo; te bendice si lo compartes". “Lo que busco me persigue". "No establezcas amistades inútiles". “Para cambiar el mundo debemos cambiar primero nuestros pensamientos”.

pablumbre@hotmail.com




viernes, 15 de octubre de 2010

A Marialtaír





A Marialtaír
en sus diecinueve años


En tus aires, el alma te acompaña,
fuerza del tiempo, el vino que florece,
grata Altaír azul de los pastores,
tu vida como el día resplandece.

Lirio del valle en encendida llama,
fulges a coro en cánticos triunfales,
entre el clamor de flautas soberanas
tras la huella triunfal de tus arpegios.

Marialtaír te llama el viento, el canto,
voces que pasan jubilosamente
cual pasa alborozada la mañana.

Marialtaír en el azul del cielo,
dulce estrella encendida humanamente
sobre la paz que el corazón hermana.


Pablo Mora

Las Acacias, 15 de octubre de 2010




Sube a nacer conmigo, hermano






Sube a nacer conmigo, hermano

http://www.youtube.com/watch?v=B2r78EPRDsg



lunes, 11 de octubre de 2010

Sube a nacer conmigo, hermano






Sube a nacer conmigo, hermano.


Pablo Mora



Desflora la blanca agenda. Desgaja un instante al tiempo. Pasa la hoja. Quítale un minuto a Alá. Dáselo al hombre. O a tu madre. Comienza lentamente. Comienza el viaje hacia la sombra. Intérnate en el camino nuevo. Una vez emprendido el viaje, sigue puntualmente al sol. Hoja entre los vientos, acuérdate del viaje hacia la sombra. Párpado de hormiga, convéncete del viaje sin regreso. La vida nos llama, nos nombra, nos acusa, nos grita, nos reclama. Siéntate en el lugar del hambre a gritos todavía. Siéntate en el lugar del grito, vivos todavía.

Este presente liso como una tabla, fresco, esta hora, este día limpio como una copa nueva. Álzalo. Ofrécelo a la vida. Llévalo a la calle y al jardín. Paséalo. Ponlo frente al sol. De cara al porvenir. En santa paz. Tintinéalo. Recuérdalo. Nada en él de cobarde o de maldad —del pasado no hay una telaraña—. Fanal, aurora, amanecer, camino. Un camino entre el vientre de la hoja. Camino caminando con el viento o viento deshojado en el camino.


Tocamos con los dedos el presente, cortamos su medida, dirigimos su brote, está viviente, vivo, nada tiene de ayer irremediable, de pasado perdido, es nuestra criatura, está creciendo en este momento, está llevando arena, está comiendo en nuestras manos. Vivo, en nuestras manos, echémoslo al voleo. Niño, virgen, transparentemente azul, librémoslo de mal. Dejémoslo correr. Grabémoslo, hondo, en el fogón. Cuidémosle su tino, sus ansias, ilusiones. Sus alas, todas, libres tras los cielos.


Cógelo, que no resbale, que no se pierda en sueños ni palabras, agárralo, sujétalo y ordénalo hasta que te obedezca, hazlo camino, campana, máquina, beso, libro, caricia, corta su deliciosa fragancia de madera y de ella hazte una silla, trenza su respaldo, pruébala, o bien escalera! Defiéndelo. Consiéntelo. Quiérelo. Hazlo surco, arado, sueño, cabecera. Hazlo árbol, fuego, girasol, lucero. Arroyo, fogonazo, campanada. Vereda, resplandor y compañero

Sube en el presente, peldaño tras peldaño, firmes los pies en la madera del presente, hacia arriba, hacia arriba no muy alto, tan sólo hasta que puedas reparar las goteras del techo, no muy alto, no te vayas al cielo, alcanza las manzanas, no las nubes, ésas déjalas ir por el cielo, irse hacia el pasado. Alcanza tu mañana. Arriba! Arriba! Hacia la estrella! A ésta bájala hasta el suelo! A pesar de huracán o ventisquero, con el arma cargada de esperanza, al frente, a la vanguardia, de primeros. Álzate temprano. Ábrete camino. Sube la cima donde ondean —de noche— las luciérnagas.

Tú eres tu presente, tu manzana: tómala de tu árbol, levántala en tu mano, brilla como una estrella, tócala, híncale el diente y ándate silbando en el camino. Tú eres tu camino, tu aldabón. Ándate silencioso, fraternal. Asegura, furente, la batalla. Elévate, soldado, en el fragor. A pesar del presagio, corre, vuela, en el viento, en la sierra, en la arboleda. ¡Tú sólo eres un sol, alienta, brilla! ¡Tú siempre tu presente, sueña, alumbra! ¡Sube a nacer conmigo, hermano! (Poesía, Sociedad Anónima).


pablumbre@hotmail.com



domingo, 10 de octubre de 2010

rimbaud









a e i o u e u i o a i e u e a o e i a u u o i e a


¿Buscará todavía vocales en el jardín Rimbaud?

Porque Rimbaud parece un domingo




sábado, 9 de octubre de 2010

Ernesto Che Guevara








Ernesto Che Guevara

A 43 años de su asesinato


Es la hora de los hornos y no ha de verse más que la luz.
José Martí




a ras de sueño y sierra y mar y tierra
a ras de mundo a ras de eternidad
a ras de che el orbe el mundo entero
a ras de suelo… Ernesto sempiterno
más allá de la paz y de la gloria
a ras del cielo de su fiera América
bien calzadas las botas de batalla
Ernesto con los pies sobre la tierra
hay que amar con horror para salvarse
de esta muerte que llueve hielo o fuego
hay que amar con valor para salvarse
para ser otro y otra a ras de sueño
y volver por el aire al aire libre
hay que amar con el che para salvarse



más allá de la paz y de la gloria
a ras del cielo de su fiera América
bien calzadas las botas de batalla
Ernesto con los pies sobre la tierra
con timbre de sudor y de combate
furente empuñadura de guerrero
símbolo vivo va regresa viene
redoblado terrestre solidario
ciclópeo fusil amanecido
raíz tormenta cumbre sol y bruma
fecunda abrasa asombra triunfa calma
asoma arenga ataca arroba acuerda
fogata y fogonazo y fogonero
relámpago su temple al infinito



tenaz y trashumante y peregrino
ferviente guardador de la trinchera
voz de poder y magna valentía
espumas de tu rostro redivivo
la miel y el agua pura y solidaria
en la magia infinida de tu sombra
tu rabia y tu ternura y continentes
coronas que tejiste al firmamento
la música que escondes en tus odios
tus asaltos tus vuelos tus acechos
dejástela en la furia de los pobres
de verde oliva en vestimenta alada
de alegre fuego de apacible frente
de pie junto a la estrella de tu gloria


Pablo Mora





En tiempo de décima







REALIDAD

Este pueblo de montaña
tiene amor y despedida,
con un samán a la entrada
y una acacia a la salida.

Manuel Felipe Rugeles


Grito de sol, de neblina,
dulce corteza de trigo,
amor que siempre persigo
en mi lumbre azul marina.
Tu presencia campesina
mis arrebatos empaña,
tierra en que el hombre se amaña
desde el claror de su infancia
donde fulge de fragancia
este pueblo de montaña.

Este pueblo de alborada
donde el campo se silencia
en refulgente querencia
es amor en clarinada.
Sus bueyes, su brisa alada,
su ardorosa bienvenida,
la eternidad de su vida,
su coraje arboladura
nos dicen que su ventura
tiene amor y despedida.

Tiene amor y tiene vida,
tiene un fragor cristalino,
porta fuego en su camino,
atalaya esclarecida.
Su trajinar nos convida,
fuga en clarín desatada,
tierra fértil, tierra arada,
donde sueña el campesino
y se cobija el molino
con un samán a la entrada.

Con un samán a la entrada,
clara herencia milenaria,
lumbre en sagrada plegaria,
se eleva al cielo arbolada.
Con una gracia encantada,
en su costado encendida,
va este pueblo por la vida
esgrimiendo su saludo
con un samán como escudo
y una acacia a la salida.


Pablo Mora

Premio Peña Manuel Felipe Rugeles



VASITO DE AGUA DE COCO

Cuando empecé la subida,
vasito de agua en la mano,
mi madre me digo en vano:
váyase yendo en la vida.



El niño aquel que venía
desquiciado, medio loco,
vasito de agua de coco
cuando la luz sorprendía.
Brillaba mi poesía
en la flor de la vereda.
No hay quien conmigo pueda,
ni la tromba huracanada,
soy mucho menos que nada
en mi locura que queda.

Vasito de agua de coco
con tu sabor endulzado,
me fui en la vida de lado,
¡malhaya mi amor tan poco!
Así fue como de loco
me encontré con mi tristeza,
la misma que en tarde reza
por su aldea y por su lampo.
Grítenme piedras del campo
cuando griten su belleza.Siervo sin tierra mi padre
madrugándole a la aurora
—triste vasija que llora
las lágrimas de mi madre—.
¿Dónde la luna que encuadre
las soledades sin vino?
Zarzas, ortiga y espino,
amaneceres en vano,
fueron dándole la mano
a las llagas del destino.

De vuelta ya de la vida
torna mi infancia a su aldea,
la antigua lumbre que arrea
a mi locura dolida.
No hay pena desconocida
que no distingan mis pasos:
ramazón y ramalazos,
el delta de mi amargura
por donde va mi ventura
a golpe, sangre y leñazos.

Siempre en la tarde me espera
—guijarro del infinito—
el terrenísimo rito
del hombre, fragua y hoguera.
Y al ir a la sementera
encuentro sólo la risa,
ínfimo leño de brisa,
tizón para la esperanza,
y mi lamento no alcanza
a traicionar la sonrisa.

Pablo Mora


Desventura

Este pensar sin pensar
tiene mucho de un anhelo
que por volar solo al cielo
al fin quedó sin volar
y cuando surge del mar
del mar de su desventura
su impaciencia se apresura
por dar con su corazón
donde canta una canción
su más íngrima ternura.

Pablo Mora





viernes, 8 de octubre de 2010

El hombre






El hombre



Proviene
de una despeñadura enloquecida
Insinúa
una suave sonrisa divinal
Respira
la celeste mirada de su sol
Consume
la agónica tristeza de las hojas
Interpreta
la silenciosa huracandad del tiempo
Cavila
debajo de la noche y la tormenta
Desangra
en las cinco parcelas de la Tierra
Navega
entre borrasca grito y alboradaAgoniza
en la nieve en el llanto y en el plato
Cabalga
con toda la tristumbre de los montes
Transita
en tempestades mundanal miseriaMaldice
las horrendas torturas del hermano
Consagra
la levadura eterna de los panes
Conoce
los pasos permanentes de la sombra Despliega
temores ramalazos y portentos
Se agita
en el fuego bravío de la mar
Se afinca
en la locura en lucha con su pena
Mendiga
la lumbre de la gota en el alambre
Quisiera
recuperar el curricán perdido
Tritura
las indómitas fieras que lo acosan
Renace
de entre la podredumbre de la fosa
Se entrega
en las redes de un tiempo submarino
Violenta
volcánico la luz de otras estrellas
Arremete
contra la infancia alada de las rosas
Se enrumba
delirante al acecho de otra aurora
Se astilla
ante el antiguo malecón del puertoDesgarra
el alma fulgurante de la flor
Se inclina
sobre los fogonazos de sus huesos
Se aferra
sobre la polvareda de sus sueños
Desguaza
furente el huracán en alta mar
Desgaja
las indomables fauces del misterio
Se eterniza
sepultado en la fragua de la guerra
Se esfuma
entre las ventanuras del azul
nos acusa
nos grita
y nos reclama


Pablo Mora









jueves, 7 de octubre de 2010

La máquina de coser










La máquina de coser
Pablo Mora

Gracias, hijo, pues los disparos a la memoria hacen mucha falta, en medio de este cotidiano desgarramiento, esta llamarada, esta brasa, hoguera, bazofia cotidiana; en medio de esta mezcla de heces, sobras o desechos Algunas tienen muchos más afeites, aderezos, adornos, periquitos... La de mi madre era como Singer Light: no de lujo, sino caserita, de entre casa. ¡Era poema vivo, un poema rodante, en pie! Parte de mi infancia, en mi nostalgia vive.

A ciencia cierta no alcanzo a recordar cuántas sueños mi madre con su SINGER cosería. ¡Ah y la bendita bobina! ¡Lío mayor aquel de embobinar y los tremendos enredos que a veces se formaban, sin uno entender ni un comino! Ver en aprietos a la madre. No era nada fácil dejar de llorar… Lo mejor el sistema de “guardado” que convierte a la máquina en una mesa útil para cualquier otra actividad.

Venida de 1850, sesquicentenaria, e inundando a medio mundo, la SINGER constituye un anticipo de la tal globalización. Isaac Merrit Singer, quien da el nombre a la máquina de marras, fue el responsable de la combinación de varias patentes en el campo de las máquinas de coser y de sentar las bases para la producción en serie de estas máquinas.

Ahora, en esta noche, entiendo de dónde mis puntadas, mis hilvanes, mis colchas, mis costuras... mis costumbres... por allí se engavetó mi infancia. ¡Esta Singer da cuerda a mi locura! ¡Qué vacilón, qué gozadera era sentarse a darle al pedal! Ahora me pregunto de quién, cómo y cuándo mi madre aprendería a manejarla. Ellas constituyen de verdad una reliquia familiar, en la que se funden una y otra clase social. Ayer casi todas de metal y de madera; hoy, más bien de material sintético, plástico.

Con ella, la primera mochila, el primer pantalón, cuando nos hicimos a la vida.
Nos encantaba darle al balancín. Además el sonido que hacia nos daba más que sueño.
Esta máquina es un auténtico objeto de culto en mucho hogares... los niños jugaban a acelerar el pedal.... el cambio del cuero que movía las poleas... las agujas..... el ensartar ... su sonido... el colocar el hilo dentro del carrete que estaba guardado en la base. Todo, un arte muy temprano, muy especial. En nuestras casas debe haber una... aunque la correa de cuero que mueve las poleas se haya dañado y esté arrinconada por allá en el fondo de la mar

La misma donde mi madre tejiendo que tejiendo sueños y esperanzas, como una venadita, alcanzó las riendas del horizonte... viva todavía, bajo el granado trigal de la noche insomne, rumorosa de viento alto y de luceros... mientras yo no hacía sino oler y oler aquel perfume, aquel aceite venido desde lejos... de no se sabe dónde. La infancia, la sombra antigua que a las costas de la divina antigüedad nos ata. ¡Cómo que si guarda cuentas y cuentos esta SINGER! La de nuestra tía Julia que, sordomuda, se sabía el acento de todas las puntadas. La olorosa Singer que todavía ronronea en nuestras almas... Complacido, guardo en mi corazón la pareja de novios bordada por mi madre en una bella sobrecama. ¿Y de la Singer que un día regalé a los míos qué decir? De vez en cuando también es juguete de mis nietos.





miércoles, 6 de octubre de 2010

Irse





Irse

A las amigas del miércoles de trabajo



Irse apagando en una luz que tiembla.
Irse volviendo polvo lentamente…
sin la piel, sin el roce, sin aliento.

ANTONIA PALACIOS



Irse volviendo polvo lentamente,
llevar las cinco de la tarde a cuestas,
estarse con el día a la intemperie,
saber que alguna noche no estaremos.

Irse quedando sin algún aliento,
pensar que somos un fugaz relámpago,
irse apagando como el sol de siempre,
irse como el venado sin saberlo.

Irse perdiendo en una ausencia eterna,
irse apagando en una luz que tiembla
sin la piel, sin el roce, sin aliento.

Irse tan solamente de la tierra,
perderse como el pájaro en el cielo
tras el fragor de aquella tolvanera.


Pablo Mora





Las Acacias, miércoles, 06 de Octubre de 2010.






Irse

Irse

A las amigas del miércoles de trabajo



Irse apagando en una luz que tiembla.
Irse volviendo polvo lentamente…
sin la piel, sin el roce, sin aliento.

ANTONIA PALACIOS



Irse volviendo polvo lentamente,
llevar las cinco de la tarde a cuestas,
estarse con el día a la intemperie,
saber que alguna noche no estaremos.

Irse quedando sin algún aliento,
pensar que somos un fugaz relámpago,
irse apagando como el sol de siempre,
irse como el venado sin saberlo.

Irse perdiendo en una ausencia eterna,
irse apagando en una luz que tiembla
sin la piel, sin el roce, sin aliento.

Irse tan solamente de la tierra,
perderse como el pájaro en el cielo
tras el fragor de aquella tolvanera.


Pablo Mora





Las Acacias, miércoles, 06 de Octubre de 2010.

Mi vida






Fue la palabra mi plural oficio. Inocencia feroz de la costumbre de ir entre la sombra de los sueños soldando la armadura de los ríos. Fue la costumbre de la insomne urdimbre, antigua sombra de la fértil siembra, ventana al descubierto, asombro, enigma, al borde del crepúsculo en peligro. Italia, aldea y sombra ya me dejan, el silencio, los pájaros, los ciegos, los zaguanes dirán que no me vieron. Capricho, noche y Borges ya se alejan. Muy descaradamente perniciosa mi vida es una fuga repentina.



De Sombra antigua.








domingo, 3 de octubre de 2010

Autonomía Universitaria





Autonomía Universitaria


Pablo Mora*



En el hormigón de la autonomía es donde ha de fluir y plasmarse el mejor concepto de salud universitaria. Al interior de la moderna concepción de la "Economía del Conocimiento", la autonomía de la Universidad ha de resultar intrínseca, constituir un simple acto de reconocimiento, una propiedad inherente a la institución en sí. La Universidad, corporativa, universal, científica, es, por naturaleza, per se, autónoma, en cuanto que a la autonomía le compete el Poder del Saber: del saber científico, riguroso, sistemático, creativo. A la Universidad, por ende, ipso facto, le compete el desarrollo del pensamiento crítico, de la independencia de criterio, constructiva y eficiente, de las potencialidades físico mentales de los sujetos en cuestión, dentro de la mayor fluidez de un organismo por antonomasia deliberante.
Ya sea que la Universidad enfatice sus acentos en la docencia, la investigación, la extensión o en el servicio al progreso en general, la "Economía del Saber", el poder de la sociedad postindustrial basado justamente en el saber, nos lleva a la conclusión de que, si bien hemos de reconocer el valor intrínseco de la autonomía, "no obstante, la autonomía tampoco puede ser ubicada como pretexto para no asumir el reto de la eficiencia". (José Luis Reyna).
La autonomía representará cada vez más el reto a la eficiencia, mejor, la eficiencia será el reto permanente para la autonomía, el reto mayor de nuestra Universidad. Sobre todo, en función de la sobrevivencia de nuestra sociedad en vías de autodesarrollo. Ser autónoma la Universidad significará más que estar en disposición de competir, estar en condiciones de "producir" y producir sinérgica, creativa y solidariamente.
A pesar de todas las desviaciones endógenas y exógenas que amenazan a la Universidad, a pesar de los múltiples perfiles o especificidades que cada día caracterizan a nuestras Casas de Estudios Superiores: desde la "universidad gendarme", de "producción" o de "extensión" hasta la "profesionalizante", "tecnocrática" o "vendedora", hemos de reflexionar sobre las ventajas, razones, bondades o inconvenientes de los distintos modelos universitarios vigentes.
Frente a tal abanico de modelos, hemos de tener la convicción de que la ponderación y el análisis de los mismos han de arrojarnos las mejores luces para que seamos capaces de asimilar los beneficios de unos y otros en pro del esclarecimiento de una reconversión intelectual, delante de una crisis universitaria que nos demanda responsabilidad para adelantar, con visual prospéctica, la mejor "reforma universitaria que debe pasar necesariamente por la crítica de métodos y contenidos de la enseñanza, como también por una definición actualizada del concepto de la autonomía rediseñando la relación entre sociedad y universidad". (Camilo Taufic).
Sólo, así, podremos reconocer los alcances del poder del saber, es decir, de la autonomía misma, lejos de conformismos, presiones o prejuicios que nos hagan olvidar la superior misión de la dedicación a la verdad, fundamento de la libertad, la eficiencia y la eficacia, razón de ser de toda universidad.
Sólo, entonces, autonomía significará capacidad de autodeterminación conforme a propia ley; autosuficiencia compartida en función de integración; competencia, producción, acción, animación, reactivación, reconversión, conforme a la ley del saber, es decir, a las leyes de la eficiencia y la eficacia.
Sólo, entonces, la Universidad, connaturalmente autónoma, concebida como institución al servicio del orden y avance social, podrá atender las demandas y necesidades humano - colectivas, a partir de una racionalidad que permita definir una real independencia y un libre desarrollo del saber, en función de una madurez institucional —de una revitalización— que garantice la fluidez de la vida interior y de los valores del hombre integral tanto en sus producciones materiales como en sus realizaciones espirituales, es decir, el pleno desarrollo del estado autónomo.
Realmente una autonomía progresiva universitaria debería depender tanto de la vigilancia y auditoría externas, como de la potencialidad académica interna. Indudablemente que tal autonomía, basada en iniciativas internas, no puede dejar de contar con la anuencia racional de los poderes externos, quienes deben reconocer que, gracias al fortalecimiento de las fuerzas académicas universitarias, se enriquecerá aún más el devenir político de sus propias ideologías y aspiraciones y el de la ideología y la identidad nacional.
En una palabra, la autonomía universitaria debe corresponder a la convergencia del binomio de fuerzas endógenas y exógenas, capaces de lograr el equilibrio necesario para la concepción, afianzamiento y proyección del verdadero Proyecto Nacional, requerido por la sociedad en un momento dado, en una coyuntura de prospección como la presente.
En los países modernos se crea un verdadero ligamen funcional entre el progreso socioeconómico y la actividad de la universidad, obligada por los acontecimientos a tomar parte en los objetivos del desarrollo de las naciones. Prácticamente, la socialización de la universidad la hace marcadamente responsable del progreso económico y cultural de la comunidad nacional.
De donde la tendencia más generalizada sea la de concebir a la institución universitaria como un auténtico servicio social, dentro de una función crítica, donde ella no puede prestar la atención a todas las necesidades que le sean propuestas, sin antes juzgarlas previamente. He aquí el desafío: ¿Cómo conciliar, por ejemplo, la libre función de la investigación de la universidad con los intereses sociales que se le exigen?. Parece ser que el asunto fundamental sea el de armonizar su sumisión a los intereses de la sociedad, expresados por el poder político, con una autonomía efectiva. Sin una cierta separación, una cierta distancia, un puente catalizador, en relación con el sistema, su acción se esteriliza ineluctablemente. He ahí el dilema: sumisión al poder o independencia: conciliar dos variables, en búsqueda de una autonomía progresiva y efectiva.
O está la universidad al servicio de los intereses particulares de un grupo privilegiado. O está al servicio de su investigación, su misión y visión, su eficacia y eficiencia, en consonancia con los intereses globales del estado, con las exigencias del Poder del Saber, bajo previa función crítica constructiva. (Hervé Carrier).
Vigencia de la cultura nacional enmarcada en un campo intelectual definido, conjunción de fuerzas avaladas por concesiones racionales en pro de un Proyecto Nacional de largo alcance, dentro de una utopía concreta, han de constituir los pilares fundamentales en que debe afianzarse una verdadera autonomía universitaria de cara al porvenir.



* Profesor Titular, Jubilado, Universidad Nacional Experimental del Táchira.
pablumbre@hotmail.com





sábado, 2 de octubre de 2010

Nuestra Misión






Nuestra Misión

Pablo Mora


Y pasan los siglos de los siglos, los días de la totalidad de los siglos, como lo expresa Roque Dalton. Vienen a nuestro encuentro los años o con ellos vamos. Atardeceres y nostalgias. Cenits y nadires. Saudades, melancolías y asechanzas. Tristumbres, ansiedades e ilusiones. Un borrador apenas para que lo cumpla el sueño del niño que somos o que fuimos. Razón la de Ernesto Sabato: “No hay otra manera de alcanzar la eternidad que ahondando en el instante, ni otra forma de llegar a la universalidad que a través de la propia circunstancia: el hoy el aquí”. Solo universaliza quien en su aldea ahonda. Yendo a los intríngulis del bien y el mal, no queda sino resistir entre la decisión y la muerte. “El mundo nada puede contra un hombre que canta en la miseria.” Nada más cierto.
Sobresaltados, “amurallados por el miedo” nos despertamos ante el fin del mundo que arremete contra el hombre. Contadas son las presunciones, las alternativas. Entre ellas, adelanta Cristina Castello: “Si la humanidad no quiere autoaniquilarse, el camino sería un contrato social planetario, con instancias de gobernabilidad y acciones colectivas en pro de la naturaleza. Así, podría inaugurarse la existencia, como una posibilidad humana de transitar el tiempo.”
“Hemos fracasado. Sobre los bancos de arena del racionalismo demos un paso atrás y volvamos a tocar la roca abrupta del misterio.” (Urs von Balthasar). Razón tal vez asista a Sabato cuando sostiene: “!Qué diferente habría sido la situación si el ‘socialismo utópico’ no hubiera sido destruido por el ‘socialismo científico’ de Marx!” Mientras agrega lapidariamente: “No hemos de hundirnos en la depresión, porque es, de alguna manera, un lujo que no pueden darse los que se mueren de hambre… Tenemos que abrirnos al mundo. No considerar que el desastre está afuera, sino que arde como una fogata en el propio comedor de nuestras casas. Es la vida y nuestra tierra que están en peligro… La vida del mundo hay que tomarla como la tarea propia y salir a defenderla. Es nuestra misión… Cuando nos hagamos responsables del dolor del otro, nuestro compromiso nos dará un sentido que nos colocará por encima de la fatalidad de la historia… Sólo quienes sean capaces de encarnar la utopía serán aptos para el combate decisivo, el de recuperar cuanto la humanidad haya perdido.”
Los umbrales de la noche nos sorprenden en vigilia. Una cosa es cierta, mentira el resto, como a la flor, la muerte nos acecha. Dejemos a la muerte al descubierto, al pie de todo asombro. Mientras alguien padezca, la rosa no podrá ser bella; mientras alguien mire el pan con envidia, el trigo no podrá dormir; mientras llueva sobre el pecho de los mendigos, no sonreirá el vino. Matemos la tristeza. El rumor de un pueblo que despierta ¡es más bello que el rocío! El metal resplandeciente de su cólera ¡es más bello que la espuma! Un Hombre Libre ¡es más puro que el diamante! A punta, a copa de vino, libertemos al fuego de su cárcel de ceniza. Encendamos la hoguera donde se queme este mundo sombrío. Seamos un relámpago perpetuo.
Dios hizo el sueño; el hombre, el vino. Cabalguemos sobre el vino. Partamos sin espuelas y sin freno rumbo al azul. Por el azul huyamos sin sosiego al paraíso de los sueños. Demos de beber a las botellas. Roguemos porque a las noches no les dé sueño. Bebiendo cielos, como copas de árboles, lleguemos a los dioses. Bebamos nuestro júbilo de ser del vino orfebres. En esta hora incierta de los hombres, entre la herida universal del orbe, golpe a golpe, hacia adelante, rema y rema. Subsanemos hambre en libertad. Sobrevivamos. Trascendamos en sobre vida. Grabemos el sueño entre los árboles para que vaya andando en el aire, como ellos, hacia arriba. Compartamos la luz del mundo, el pan del mundo al mismo tiempo que la noche oscura. Condenémonos juntos o salvémonos todos con las mismas manos, con el mismo vino y con las mismas sombras.







viernes, 1 de octubre de 2010

Cambio de armario






Cambio de armario
Pablo Mora

Tarea individual, colectiva: abrir el presente al futuro, antes que pretender conservar el pasado en el presente, sosteniendo los valores tradicionales. Tarea fundamental preparar el camino en aras de lo nuevo, superando los viejos valores, salvo aquellos indispensables. El momento actual venezolano constituye un reto, una invitación, un desafío al juego de la vida, de la libertad y de la creatividad, condición de la plena realización del hombre y de la renovación social. Hemos de dar paso, cabida, a la esperanza, al goce, la celebración.

Ciertamente, tiene plena razón Rubem, A. Alves, cuando nos repite: “La visión de la libertad y su celebración en el presente, exige conjuntamente el empeño político. Podemos alegrarnos del nacimiento de un niño, pero delante de nosotros cabe todavía mucho sufrimiento. La impotencia llegará a ser fuerza cuando aquello que hoy es fuerza sea reducido a la impotencia.”

Soñamos con la paz. Y una paz que no provenga sólo de la compra o de la venta. La alegría es gratuita, pudiéndose encontrar placer y satisfacción fuera de la mera organización institucional. La rutina cotidiana, la organización, la disciplina, nos han entorpecido, haciéndonos incapaces de sentir. Hemos de abolir en cambio toda atadura social innecesaria, represiva. Hasta F. Engels en “La evolución del socialismo” nos recalca: “La sociedad no es más que un conjunto de errores; eliminarlos es la tarea de la razón. Por ello es necesario descubrir un sistema social nuevo y más perfecto e imponerlo a la sociedad sin propaganda…”

En este sentido, no es fácil definir la paz, pasando a ser mero hecho o sueño utópico. Hasta la libertad viene a ser una ilusión utópica. Yendo, por ejemplo al ámbito de la ecología, nuestra sociedad está basada en la devastación de los recursos naturales y la acumulación de los desechos en el ambiente. Una publicidad de la Standard Oil, con marcado realismo o cinismo, llega a decir: “Quitemos el sulfuro del petróleo en Venezuela para tener limpio el aire de nuestra casa”. De pretender la realidad actual continuar con estas esperanzas, no alcanzarían a realizarse jamás, pues casi siempre la competencia de la realidad es la que hace imposible la realización de las utopías.

Ante esta perspectiva y a la luz de los reñidos resultados electorales nacionales, camino del 2012, cabe recordar el denominado “cambio de armario” por razones del cambio climático en un ingente número de países del globo. Contar con un cambio de armario ordenado es disponer a tiempo de ideas claras y distintas, si bien entre nosotros las estaciones apenas si aparecen de rondón o no, dando cabida a la improvisación que, por fortuna, a veces dispone de valencias positivas en nuestro mundo. Podríamos pensar que, metafóricamente, llegó la hora nacional para que unos y otros, el país nacional, todos en plena libertad, pensemos en la mejor salida patria para nuestro porvenir. Estamos en un momento justo para que entre todos, sumando voluntades y esperanzas aprovechemos esta oportunidad para examinar lo que hay y lo que falta, preparando el camino en aras de nuestros nuevos sueños, dando paso al goce y la celebración, atentos al llamado de la creatividad y la libertad.
pablumbre@hotmail.com