miércoles, 30 de mayo de 2012

COLOR DE LA ROSA Pablo Mora “¿’De qué color será la rosa que junto a tu alma alcemos? Roja será la rosa que recuerde tu paso”. Pablo Neruda ¿De qué color será la rosa? Roja será la rosa en el azul del sueño, roja será la rosa en el empeño por ver el rumbo que la tierra escoja. Siendo roja ninguno la deshoja si no es el pobre cuando frunce el ceño en su azarosa búsqueda del leño para el fogón que alguno le despoja. Roja será la rosa en el camino, en el viento, en la muerte, en la arboleda, la Tierra toda vestirá de rojo. Sólo, entonces, el hombre peregrino, en medio de esta horrenda polvareda, marchará alegre y sin ningún sonrojo.
Vivencia El asunto es acompañar la vida a sol y sombra, donde sea preciso; saber de donde nos sacó el hechizo y contar con la última embestida. No importa el llanto o la final salida, la vida es solamente el compromiso de estar donde la vida misma quiso: al lado de la vida de por vida. Abundarán ventiscas y huracanes al dar con el confín de nuestros días cuando en batalla, casi como canes, lidiaremos las propias agonías. Disputarán, entonces, nuestros manes llanto, grito, dolor y rebeldías. Pablo Mora
Epitafios “Aquí descansa alguien cuyo nombre escribió en el agua." Jhon Keats "Aquí yace el poeta Vicente Huidobro Abrid su tumba, debajo de su tumba se ve el mar”. "Aquí reposan los restos de un ser que poseyó la belleza sin la vanidad, la fuerza sin la insolencia, el valor sin la ferocidad y todas las virtudes de un hombre sin sus vicios”. De Lord Byron para su perro “Botswain" "Toda la oscuridad del mundo jamás podrá apagar la luz de una velita”. Anónimo "Conocí el bien y el mal, pecado y virtud, justicia e infamia; juzgué y fui juzgado, pasé por el nacimiento y la muerte, por la alegría y el dolor, el cielo y el infierno; y al fin reconocí que yo estoy en todo y todo está en mi”. Hazrat Inayat Khan "Lo que el alma hace por su cuerpo, es lo que el hombre hace por su pueblo”. Gabriela Mistral “Quietos yacen los huesos entre las piedras mientras el alma vuela a la voluntad de Dios”. Catacumbas de San Calixto en Roma “Yo no pido más, quiero ser un buen recuerdo alguna vez”. Hugo Chaparro Valderrama “En contra tuya volaré con mi cuerpo invencible e inamovible, ¡oh muerte!”. Virginia Woolf “Qué mudos pasos traes, ¡oh! muerte fría, pues con callados pies todo lo igualas”. Quevedo. "Los soles se ocultan y pueden aparecer de nuevo pero cuando nuestra efímera luz se esconde, la noche es para siempre y el sueño, eterno." Cayo Valerio Cátulo "… y cuando me vaya quedarán los pájaros cantando..." Juan Ramón Jiménez “Sólo le pido a Dios que tenga piedad con el alma de este ateo”. Miguel de Unamuno "Si no viví más, fue por que no me dio tiempo”. Marqués de Sade “ Estoy aquí en el último escalón de mi vida”. Marlene Dietrich “Siempre decía que los pies la estaban matando pero nadie la creyó.” Anónimo “Por fin dejé de fumar”. Anónimo “Aquí se acaba el gozo de los injustos”. Anónimo “La verdad, no me parece del otro mundo”. José Roca “No sé qué hago aquí”. Fernando Lleras de la Fuente "Quiso contar, cantar para olvidar su vida verdadera de mentiras y recordar su mentirosa vida de verdades". Octavio Paz para la tumba de un amigo. "Busco el oro del tiempo". André Bretón “Aquí yace media España, murió de la otra media”. Larra “Estuve borracho muchos años, después me morí”. Scott Fitzgerald "Aunque cambiado resurgiré". Bernoulli "Que baje el telón, la farsa terminó". Rabelais “That’s All Folks!” (Esto es todo, amigos). “En realidad, no estoy aquí”. Jaime Cerón “Con una fría mirada a la vida, a la muerte. ¡Jinete, pasa!”. W.B. Yeats. “Por lo demás, los que mueren son siempre los demás”. Marcel Duchamp "La muerte es vida”. Friedrich Hegel “El cielo estrellado sobre mí y el sentido del deber dentro de mí”. Kant “La vida no es lo que uno vive, sino lo que recuerda de ella”. Gabriel García Márquez “Una tumba es suficiente para quien el Universo no bastara”. Alejandro Magno. “Ni el poder ni la riqueza, sólo el arte y la ciencia persistirán”. En la tumba de Tycho Brahe. “Perdonen mi polvo”. Dorothy Parker “¡Oh, hombre! Cualquiera que seas y de dondequiera que vengas, acércate y contempla la tumba de Ciro, el fundador del imperio persa; mas no envidies la escasa tierra que cubre mi cuerpo”. Ciro “Yace aquí, como ha vivido, en soledad decorosa. Su gloria cabe en la Rosa, que ninguno le ha traído”. Conrado Nalé Roxlo “Este que yace aquí, de luenga barba y compostura recia, no hizo sino joder mientras vivió”. Pablo Mora.

jueves, 24 de mayo de 2012

Proyecto Histórico
En 1985 comenzó un famoso diálogo entre Fidel Castro y el fraile dominico Frei Betto, que aparecería en el antológico Fidel y la Religión, “un libro que tuvo un impacto muy fuerte porque quitó el prejuicio de los comunistas y el miedo de los cristianos, creó puentes en dos orillas de un mismo río”, diría Betto. La primera vez que un líder comunista en el poder hablaba positivamente de la religión, frente a unos planteamientos provocativos. Fidel Castro ofrece revelaciones sobre su formación personal y discute con sinceridad su visión sobre la religión. El resultado fue una extraordinaria reconciliación entre religión y revolución. Fidel señala: “Hay 10.000 veces más coincidencias entre el cristianismo y el comunismo que entre el cristianismo y el capitalismo”. Y Frei Betto coincide en que “las sociedades socialistas que crean mejores condiciones de vida para su gente están inconscientemente cumpliendo con lo que nosotros, hombres de fe, consideramos el proyecto histórico de Dios”. En ocasión del reciente viaje del papa Benedicto XVI a América Latina, a México y Cuba, reproducimos algunos momentos del diálogo entre Fidel Castro y Frei Betto, en l985. Allí está la carta de libertad de la religión en el socialismo cubano, admitiéndose que ésta también puede contribuir a cambiar la realidad, revolucionar un país, derribar la opresión e implantar la justicia. Lo cual hace afirmar a Frei Betto: “Lo que falta a los obispos cubanos es una teología que les permita entender el socialismo como una etapa imprescindible en el camino hacia el Reino de Dios”. “En Medellín, en 1968, empezaron muchos cambios en la Iglesia en nuestro continente; la Iglesia se acercó más a los pobres… y yo acostumbro a decir que más que lo que la Iglesia hizo en opción por los pobres, por fuerza de la represión, los pobres hicieron opción por la Iglesia, o sea, buscaron en la Iglesia un espacio para mantenerse organizados, articulados, conscientes y actuantes”. (Frei Betto) “Tú expresas realmente con mucha belleza que los pobres invadieron la Iglesia. Yo creo que el dolor de los pobres invadió la Iglesia, la tragedia inenarrable de esas masas invadió la Iglesia. Creo que el grito de dolor llegó a la Iglesia, llegó, sobre todo, a los pastores que estaban más cerca del rebaño, que podían oír más de cerca sus gritos, sus dolores, sus sufrimientos”. (Fidel Castro) “Usted dijo una vez que quien se distancia de los pobres se distancia de Cristo. No sé si usted, posiblemente, tenía conciencia de que esta frase no solamente es una frase muy famosa, yo diría que es el fundamento de toda la Teología de la Liberación. Mas, en esta frase, usted coincidió con una frase de Juan Pablo II en su encíclica Laborem Exercens, que trata del trabajo humano, en que reafirma que la fidelidad de la Iglesia a Cristo se verifica por su compromiso con los pobres”. (Frei Betto) “… En una ocasión, efectivamente, dije una frase que puedo reiterar hoy, ésa que tú mencionaste: quien traiciona al pobre, traiciona a Cristo… Siempre hicimos lo posible para que no se pudiera desarrollar ningún sentimiento antirreligioso en la Revolución, por una cuestión de principios, por respeto a las creencias y porque son realidades las religiones y los sentimientos religiosos.” (Fidel Castro) Pablo Mora

lunes, 21 de mayo de 2012

EL HOMBRE IMAGINARIO El hombre imaginario vive en una mansión imaginaria rodeada de árboles imaginarios a la orilla de un río imaginario De los muros que son imaginarios penden antiguos cuadros imaginarios irreparables grietas imaginarias que representan hechos imaginarios ocurridos en mundos imaginarios en lugares y tiempos imaginarios Todas las tardes tardes imaginarias sube las escaleras imaginarias y se asoma al balcón imaginario a mirar el paisaje imaginario que consiste en un valle imaginario circundado de cerros imaginarios Sombras imaginarias vienen por el camino imaginario entonando canciones imaginarias a la muerte del sol imaginario Y en las noches de luna imaginaria sueña con la mujer imaginaria que le brindó su amor imaginario vuelve a sentir ese mismo dolor ese mismo placer imaginario y vuelve a palpitar el corazón del hombre imaginario Nicanor Parra

domingo, 20 de mayo de 2012

Poema 20 Pablo Neruda Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.» El viento de la noche gira en el cielo y canta. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella también me quiso. En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito. Ella me quiso, a veces yo también la quería. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. La noche está estrellada y ella no está conmigo. Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Mi alma no se contenta con haberla perdido. Como para acercarla mi mirada la busca. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, Mi alma no se contenta con haberla perdido. Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

viernes, 18 de mayo de 2012

Nocturno III José Asunción Silva
Una noche Una noche toda llena de perfumes, de murmullos y de músicas de alas, Una noche En que ardían en la sombra nupcial y húmeda las luciérnagas fantásticas, A mi lado lentamente, contra mí ceñida, toda, Muda y pálida Como si un presentimiento de amarguras infinitas, Hasta el más secreto fondo de las fibras te agitara, Por la senda florecida que atraviesa la llanura florecida Caminabas, Y la luna llena Por los cielos azulosos, infinitos y profundos esparcía su luz blanca, Y tu sombra Fina y lánguida, Y mi sombra Por los rayos de la luna proyectada Sobre las arenas tristes De la senda se juntaban Y eran una Y eran una Y eran una sola sombra larga! Y eran una sola sombra larga! Y eran una sola sombra larga! Esta noche Solo, el alma Llena de las infinitas amarguras y agonías de tu muerte, Separado de ti misma, por la sombra, por el tiempo y la distancia, Por el infinito negro Donde nuestra voz no alcanza, Solo y mudo Por la senda caminaba, Y se oían los ladridos de los perros a la luna, A la luna pálida, Y el chillido De las ranas, Sentí frío, era el frío que tenían en la alcoba Tus mejillas y tus sienes y tus manos adoradas, Entre las blancuras níveas De las mortüorias sábanas! Era el frío del sepulcro, era el frío de la muerte Era el frío de la nada... Y mi sombra Por los rayos de la luna proyectada, Iba sola, Iba sola ¡Iba sola por la estepa solitaria! Y tu sombra esbelta y ágil Fina y lánguida, Como en esa noche tibia de la muerta primavera, Como en esa noche llena de murmullos de perfumes y de músicas de alas, Se acercó y marchó con ella Se acercó y marchó con ella, Se acercó y marchó con ella... ¡Oh las sombras enlazadas! ¡Oh las sombras que se buscan en las noches de negruras y de lágrimas!...

domingo, 13 de mayo de 2012

Cuando haya que recordarla Pablo Mora Cuando haya que recordar el limonero henchido de recuerdos de la primera casa perdida entre la fronda. La tristeza de las piedras que hospedaron las leguas de las mulas. La aldea, la siempreviva, el amor ardiente, los caminos, las veredas. Los borbollones del río crecido en la cintura de los sueños. La calle donde la vida se quebrara en dos, de viaje hacia la nieve. Las locuras mayores de la infancia. Las golondrinas, arrendajos, gonzalitos y turpiales. El primer barquito echado en la quebrada. Las cinco de la tarde, cuando nos guindamos de una estrella. La sopa de frijoles o el piquillo de pescado. Cuando haya que recordar el primer llanto anudado en la garganta. El latido emergiendo del postigo. La lluvia, la floresta, la neblina. La orfandad, la sombra, los zarzales. El fogón tiznado del olvido. Los místicos rebaños. Los riscos, los soles, las madejas, los regresos. El abrazo bañado por la luz del candelabro. La soledad de nuestro sino. La vieja casa, refugio de penas y alegrías. Cuando haya que recordar que fuimos a pesar del mundo y sus caprichos; que entre la noche de la guerra, del hambre y de la muerte, como gota de lluvia deshojada, la sombra de una casa nos aguarda al pie de un árbol encendido en llanto. Cuando haya que recordar su caspiroleta, su risa, su sonrisa y coscorrones. Su ceño donde escondía su gracia y su fiereza niña, la infinita lejura, el horizonte. Su celo para que nadie llegara a contagiarnos. Su usted sí es. Váyase a dormir temprano. Mucho cuidado. Que Dios lo bendiga y lo haga bueno. No regrese tan tarde. Córtese ese pelo, esa barba, esos bigotes. Cuando haya que recordar sus repisas, aderezos y corotos. Sus materos, sus flores, sus almohadas y pañuelos. Su alma, sus besos, su gracia, su alegría y su tristeza. Cuando haya que pulsarle la cuerda a la esperanza. O recordar a la hermana de la lumbre en su ternura, desmoronando la angustia de los hombres, manteniendo su pulso en plena llama ante la dura ramazón del odio. A la camarada de siempre, jornalera. Cuando haya que recordar que se llamó Josefa Teresa sin que casi los jardines la advirtieran. La plana primera con que apostabas con el tiempo tus cabellos; la clineja que arropaba tu garganta niña y el aire despeinando el sueño. Tu ternura, tu donaire y tu sonrisa. Tu mirada en lontananza en busca del lucero. El carriel, las zapatillas y la canastica tricolor, multicolor, guindando oronda en tu cintura. La niña que contigo anduvo, el padre que te compró el primer anillo, los tantos besos que te brindó el Sol, las tantas lágrimas que te largó la vida. El niño que te hizo madre, el pobre que apiadó tu gracia, el lirio que alzaste en tu jardín. El día del pobre, el día del niño, del hombre que gime entre la guerra, que muere en el desierto o tirita en la trinchera; que a tientas busca el pan; que roba entre los hombres, que grita Libertad; que tiene hambre, maldice, se ahoga y se arrepiente; que respira, se abotona y se santigua. El Día del Hombre, del hombre que te trajo para que conocieras a tu madre por la risa. Del niño que estuvo en tu mirada y ahora navega por el mundo vuelto trizas.
Madre Vas por el mundo porque existe el hombre antes del grito de la eterna entraña, velas callada el fuego de la vida, madre te llaman por llamarte hermana. Hermana de la lumbre en la ternura, desmoronas la angustia de los hombres y mantienes su pulso en pleno vuelo ante la dura ramazón del odio. Compañera de siempre, compañera, únicamente necesito vida para llamarte siempre jardinera. Quédate, no te vayas tan temprano que solamente tú sabrás colmarnos, camarada de siempre, jornalera. Pablo Mora
Madre Vas por el mundo porque existe el hombre antes del grito de la eterna entraña, velas callada el fuego de la vida, madre te llaman por llamarte hermana. Hermana de la lumbre en la ternura, desmoronas la angustia de los hombres y mantienes su pulso en pleno vuelo ante la dura ramazón del odio. Compañera de siempre, compañera, únicamente necesito vida para llamarte siempre jardinera. Quédate, no te vayas tan temprano que solamente tú sabrás colmarnos, camarada de siempre, jornalera. Pablo Mora

sábado, 12 de mayo de 2012

La Piedad Al fin Roma cayó en mis manos Gigante en las ansias de un niño Columnaje en inmortal grandeza Lo moderno lo antiguo en ejemplar abrazo Las eras grabadas en los muros Roma de mañana cubierta de neblina Imponente Señora de su gloria Muchacho apenas acaricié tus formas Tus costados alcores tus colinas De entre la selva aquella majestuosa La Piedad de Miguel Ángel Desde un ángulo parece que decía Vente luego a conversar conmigo Fui aquí y allá Y me detuve a conversar con ella Y me entretuvo Ya la luz habíase ido Sólo unos reflectores resaltaban la armonía Sensación indescifrable de Piedad Esa joven carnalísima —así me pareció— Inconsciente del hombre que sostiene Entre sus brazos Espléndida mujer Madre Joven con su hijo en su regazo Que no parece madre sino novia Todo lo domina Todo lo evalúa Todo lo fulgura Con su mano delicada al aire No señala nada y lo señala todo Roma perenne pasajera colosal Amazona cabalgando entre sus ruinas Cuántos te pretenden manceba vestal Cuántos envidian tus portentos Tú siempre a ras de siglos la fugaz Entre el fuego supremo de la vida Veré reír en Roma eternamente A esa niña desnudamente tierna Que arrulla entre sus alas su Jesús Pablo Mora Roma, 1967

sábado, 5 de mayo de 2012

Agua de Roma
Oyes correr en Roma eternamente, en la noche, en el día, a toda hora el agua, el agua, el agua corredora de una fuente a otra fuente y otra fuente. Arrebatada, acústica, demente, infinita insistencia corredora, cante en lo oscuro, gima bullidora, es su fija locura ser corriente. Ría de un ojo, llore de unos senos, salte de un caracol, de entre la boca de la más afilada dentadura. O de las ingles de unos muslos llenos, correrá siempre, desbandada y loca libre y presa y perdida en su locura. Rafael Alberti

viernes, 4 de mayo de 2012

Voluntad y Alternativa Pablo Mora
Orlando Ramírez enmarca su vida en un hilo conductor, en tres armas que siempre le han acompañado desde su juventud: voluntad, determinación y alternativa –ejes fundamentales para sus decisiones de trascendencia—. De hecho “Voluntad y Alternativa” es el título que da a su libro-biografía encuadrado en el sabio axioma: sembrar, luego abonar y cuidar la planta y después cosechar éxitos. A partir de la formulación de un Plan A, Plan B, Plan C, afronta las horas más duras y decisivas de su peregrinaje vital. El lector encontrará en Voluntad y Alternativa aquello que condujo al autor a lograr sus sueños, tomando sus mejores decisiones. En sus páginas destaca sus aventuras, pasiones, estudios en Europa, anécdotas, viajes por América, así como observaciones sobre la democracia y el marxismo-leninismo. Igualmente se detiene en la descripción de sus amores, su actividad docente y temas como la zulianidad, el béisbol y la familia Ciertamente, la obra de Orlando Ramírez es un compendio de su propia vida, sus propias vivencias, experiencias, aventuras y pasiones, un autorretrato que nos describe minuciosamente su vida, su crecimiento personal. En decir De Camilo Balza Donatti: “Orlando Ramírez ha escrito la biografía de su voluntad y de sus pasos; un itinerario de rutas imprevistas, hermosas y de difícil acceso; dimensiones terrestres, horizontes marinos y espacios para recrear el espíritu y su capacidad de invención y fortaleza.” Ramírez nos afirma: “El desarrollo de Voluntad y Alternativa pasa por gran parte de mis experiencias vividas desde la niñez y adolescencia silvestres hasta la adultez, transitando la tremenda decisión y osadía de viajar a Europa a estudiar sin contar con recursos económicos, ni ayuda de ninguna naturaleza. No es exagerado afirmar que ese periplo europeo fue una fantástica aventura llena de incertidumbre; pero al mismo tiempo, pletórica de motivaciones, emociones y sentimientos”. En su odisea existencial, en su colosal aventura, acompañado de sus ejes fundamentales de vida: voluntad, determinación y alternativa, un día se le ve camino de Europa. Entre amores en alta mar y marineros bromistas cruza la cuenca del Mar Mediterráneo, llega a Génova. Viaja a Yugoslavia. Estudia en Belgrado y Osijek. Visita Bulgaria. Estudia la carrera de Ingeniería de Producción Animal o Ingeniería de Zootecnia en la ciudad de Osijek. Obtiene título otorgado por la Ilustre Universidad de Zagreb, de la República Socialista de Croacia. Entre algunos amores y convicciones del camino, viaja a Suecia, donde vive una grata, aunque dura, agotadora, dolorosa, edificante experiencia laboral en un “rancho agropecuario” siempre con las banderas de su vida: la voluntad y la determinación por encima de toda circunstancia. Finalmente, regresa a Venezuela vía Bruselas, París y Barcelona el mes de septiembre de 1969. “Emociones y sentimientos —dice— me embargaron al pisar de nuevo mi tierra, al encontrarme con mi gente, al oír el peculiar acento del venezolano”. Hasta vérsele convertido en 1976 en docente-investigador a dedicación exclusiva en la Universidad Nacional Experimental del Táchira, donde obtiene la jubilación en 1994. pablumbre@hotmail.com