MADRE MIRANDO UNO EL MAR
GLOSA
Pablo Mora
En ocasión del centenario del nacimiento de Manuel Osorio Velasco,
hoy 7 de marzo de 2011.
Rugeles, nacido lejos del mar, es quien mejor entiende la dimensión más vasta del espacio, aquella que adivina en el cerca el horizonte más lejano, y en la gota de agua el cauce que conduce la sombra trémula a las lejanas orillas.
Madre, mirando uno el mar
de cerca se sueña lejos.
Parece que el agua tiene
la luz de todos los puertos.
Manuel Felipe Rugeles
Por mi corazón adentro
(Aldea en
Galáctica, cósmica visión —antigua cercana lejanía… la que a las costas de la divina antigüedad nos ata— la que llevar pudo a su hermano Manuel Osorio Velasco a componer fraternal, fecunda GLOSA en homenaje a la madre del poeta en memorable peña del recuerdo en el mil novecientos y tantos… en esta aldea ahora sin neblina… la misma que guardamos, desde los sueños de alta mar, en el cofre de los huertos, en los trofeos del alma. Y que, incendiariamente, dice:
Sin brújula va este adiós
sobre el azul marinero ,
es crepúsculo viajero
navegando entre los dos.
El recuerdo sigue en pos
de las olas, al azar
y a lo lejos un cantar
con playera voz de ausencia
hace añorar tu presencia
¡MADRE, MIRANDO UNO EL MAR!
Clara visión de distancia
sobre las aguas gravita
con esa calma infinita
de trajinera fragancia.
El corazón hace estancia
a los recuerdos añejos
y revive los complejos
momentos de la alegría…
¡mirando el mar este día
DE CERCA SE SUEÑA LEJOS!
Ruta plateada del mar
en la cauda de un velero
que dice adiós al viajero
en su lento navegar.
Un profundo suspirar
bajo la tarde va y viene
y el horizonte detiene
su pupila pardo-azul,
porque un levísimo tul
PARECE QUE EL AGUA TIENE.
Toda la ausencia se inclina
en el vaivén de la ola
y el alma al sentirse sola
al ensueño se encamina.
La pena del mar inclina
atardeceres abiertos
y en el azul ya despiertos
los cristales rutilantes
van regando de diamantes
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