A María José
En sus quince años
En la gesta sin órbita del tiempo
se abren de pronto pausas infinitas,
plenitudes que no fenecen nunca,
potestades sin siempre y sin olvido.
Son el espacio, el imborrable espacio
presente en nuestro cósmico camino;
tal el signo de alguna huella incógnita,
la desnudez en lumbre fugitiva.
Es la vida una sombra peregrina
multiplicada en lóbregos espejos
al compás de los cálidos caminos.
Un ascender hacia la luz celeste,
un coronar de paz cada suspiro,
una sombra, un relámpago, un momento.
Las Acacias, sábado 19 de febrero de 2011
Pablo Mora
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