miércoles, 22 de junio de 2011

TEATRO PARA EVANGELIZAR






TEATRO PARA EVANGELIZAR


Escrito por Felipe Guerrero
Miércoles, 15 de Junio de 2011 07:39
Ayer, nomás ayer, en ocasión de las fiestas patronales de mi pueblo, llegaban a la tierra de nuestra infancia, grupos teatrales que llenaron de sueños e ilusiones nuestra infantil inocencia.

Antes, mucho antes abrirse las cortinas para que los artistas mostraran sus representaciones, aparecían colocados en las esquinas los murales que anunciaban esta experiencia teatral llena de magia.

Era el gran espectáculo para vivir cada año las historias de estos curiosos personajes descubriendo los secretos y dones que caracterizan a cada uno de los protagonistas del acto.

El teatro siempre ha representado una importante parte de la cultura humana, una noble empresa construida a lo largo de muchos siglos, prácticamente desde que el hombre empezó a registrar sus hazañas, sus descubrimientos, sus ideas, sus creencias, en fin, su cultura.

Con razón el poeta señaló que «El mundo es el teatro de la vida, algunos son actores de comedia, otros representan la tragedia, pero todos tenemos un papel que de antemano está escrito, para algunos es cruel, para los más… es un rito»

El teatro es una rama del arte escénico vinculada a la actuación, a través de la cual se representan historias frente a una audiencia con la combinación de discurso, gestos, escenografía, músico y sonidos. Es como decían los griegos un «lugar para contemplar».

En esta aldea de San Cristóbal, el teatro o ese «lugar para contemplar» se inicia en la segunda mitad del siglo XIX. En efecto el 16 de mayo de 1854, representa un hito histórico ya que ese día se funda en esta ciudad el Instituto Dramático.

Apenas despuntando el siglo XX, la ciudad disfruta de algunas obras teatrales que se presentan en el desaparecido Teatro Garbiras, ubicado en la carrera 4 con la calle 6.

Para 1904, el culto público de la villa asistió para ver la actuación en este importante teatro de la Compañía de Doña María Terrades y Valdepares.

Para el año 1917, el Teatro Garbiras cambia su escenario por una pantalla, donde los sancristobalenses comienzan a disfrutar del cine mudo, particularmente de las genialidades de Charlie Chaplin.

Desde los inicios de la segunda mitad del siglo XX aparece un gran movimiento teatral en la ciudad de La Grita con el Grupo Experimental de Teatro bajo la dirección del maestro Chileno Laurencio Gallardo Vega.

Aparte de estos esfuerzos, la actividad teatral da un gran paso en el occidente venezolano, particularmente en el Liceo Simón Bolívar, con la entusiasta presencia del presbítero José Gregorio Pérez Rojas, quien formó un grupo de teatro estudiantil de altísima calidad.

Esta agrupación teatral se caracterizó por el empleo de técnicas modernas de la actuación y de la puesta en escena. El Padre José Gregorio Pérez Rojas, montó piezas de grandes dramaturgos universales como J. B Pristley, G. Bernard Shaw y Henrik Ibsen, entre otros. El grupo de teatro del Liceo Simón Bolívar, no sólo llevó a cabo presentaciones en la ciudad de San Cristóbal, sino que desbordó las fronteras regionales para mostrar su arte a nivel nacional e internacional.

Estas rápidas pinceladas sobre el teatro en nuestra realidad, hemos querido recordarlas porque en esta estación, el Consejo Universitario de la Universidad Nacional Experimental del Táchira tomó la justiciera decisión de otorgar el Doctorado Honoris Causa, Post Morten, al Presbítero Licenciado José Gregorio Pérez Rojas.

El Padre Pérez Rojas es un tachirense que nació en la ciudad de Rubio el 28 de Noviembre de 1924. Se hizo Licenciado en Teología y Filosofía de la Universidad

Católica de Santiago de Chile, con elevados méritos académicos. Regresó a su tierra natal y ejerció su labor pastoral como Vicario de la Parroquia Coromoto. Fue Profesor del Colegio «La Salle«» y del Liceo «Simón Bolívar».

Con gran acierto dirigió la página Literaria del Diario Católico. Fue redactor de Programas del Radio Periódico Católico Semanal de San Cristóbal. Simultáneamente fue Presidente de la Asociación Venezolana de Educación Católica, Seccional San Cristóbal desde 1948 hasta 1964 en diversos periodos.

Ejerció con gran brillantez la tarea de ser Profesor de Psicología y Filosofía del Liceo «Simón Bolívar» por más de 25 años.

En el año 1950 fundó y dirigió el Grupo de Teatro Liceista del Liceo «Simón Bolívar», hasta el año 1972.

Profesor fundador de la Cátedra Introducción a la Filosofía en la Escuela de Letras de la Universidad Católica Andrés Bello Extensión San Cristóbal. Fue Director de la Escuela de Educación de la misma Universidad Católica. Miembro Fundador de la Universidad y del «Liceo de Aplicación».

Fue miembro activo de la Asociación de Escritores Venezolanos, Seccional Táchira.

El Padre José Gregorio Pérez Rojas escribió entre otras obras: «Lecciones de Filosofía», publicada en 1962 y «Mural Humano», publicado en 1976.

En esta hora de júbilo para la cultura tachirense, resulta obligante recordar a este maestro que nos dejó innumerables constancias de expresiones de la cultura universal.

Cuando se prestaba poca atención al teatro, el Padre Pérez Rojas se ocupó de idear estrategias de sobrevivencia, casi siempre al margen de las llamadas prácticas y normas oficiales en donde se combinaban de manera inteligente la resistencia y la astucia.

Aún recordamos que siendo niños en las tablas del teatro fue donde conocimos la existencia de espacios particularmente destinados al reclamo y a la denuncia. El teatro siempre ha sido el lugar desde donde los cristianos pueden ser profetas.

Hoy, esas expresiones las encontramos en la calle, en la avenida o en el cruce de semáforos.

Los nuevos tiempos han entregado esos territorios para el protagonismo de innumerables actividades. Junto al tránsito vehicular y peatonal está el encuentro social, y las otras manifestaciones que algunos identifican como «informales»

Ayer y hoy, como expresiones de la hora, aparece el reclamo cargado de arte.

Y… con ellos la construcción de un imaginario callejero, no siempre coincidente con la perspectiva de quienes tienen el poder; porque todos estos excluidos representan «una sobrecarga imaginaria en la cultura urbana, forman parte de una densa red simbólica en permanente construcción y expansión»

Lo que hoy se identifica como «sector informal», no es otra cosa que la modalidad actual del histórico protagonismo popular; es la Venezuela profunda que se apropia de calles y de plazas para vivir y sobrevivir en la ciudad. Y estos nuevos nómadas urbanos lo hacen como pueden, con la precariedad, la necesidad, la desesperación, la astucia y el desafío que les impone el desempleo y la llamada «economía formal».

Ayer, apenas ayer el Padre Pérez Rojas mostraba a la sociedad esas precariedades del entorno desde el maravilloso mundo del teatro.

Y… en esos escenarios informales la temperatura es muy baja; porque aparte de soportar las bajas temperaturas, se suma el gélido frío que produce la falta de amor cristiano.

Por ahí apareció el Padre José Gregorio Pérez Rojas quien supo oír la grave pregunta del Apóstol Santiago: «¿Qué provecho saca uno cuando dice que tiene fe, pero no la demuestra?. ¿Acaso le puede salvar su fe?. Si a un hermano le falta ropa y carece de alimento y uno le dice: que le vaya bien, que no sienta frío, ni hambre, sin darle lo que necesita ¿De qué le sirve?» (Sant. 2,14-16)

Y… José Gregorio Pérez Rojas se vistió de actor para evangelizar desde el teatro.

Y… la Buena Nueva llegó para alegrar a los que en medio de grandes sufrimientos hacen reír a los otros.

Y… la Buena Nueva cayó en tierra fértil porque el mensaje amoroso del evangelio es para todos, pero se dirige especialmente a aquellos que soportan sin esperanza.

En estos días nos vamos a volver a topar con el maestro José Gregorio Pérez Rojas.

La Universidad Nacional Experimental del Táchira será el escenario para el encuentro con este cristiano marcado por el signo de los tiempos.

Seguramente vamos a tener un enriquecedor diálogo cargado de vitalidad, porque siempre son refrescantes las conversaciones cuando estamos hablando con los creadores de imágenes, los hacedores de sueños, los hombres del teatro.

Este Padre Pérez Rojas es un apostador de las cosas ciertas, sembrador de semillas y esperanzas…

En cada una de sus palabras se muestra como un apasionado del mundo lúdico y esa su constancia para testimoniar amor a la verdad, la paz y el respeto a la dignidad de los seres humanos, porque ahí en medio del cortinaje es donde se nutre todo lo existencial y lo auténtico en un mundo cada vez más a la deriva por ese afán de muchos de exterminar lo vital.

Nos vamos a encontrar con José Gregorio Pérez Rojas y será seguramente un encuentro en definitiva con un poeta que sabe y reconoce su itinerario y como aquellos antiguos juglares recrea los espacios, el tiempo y la sonoridad.

Estoy seguro que José Gregorio Pérez Rojas nos va a estar observando junto a los coros celestiales porque el ya vive en la patria de la eterna primavera…

José Gregorio Pérez Rojas supo cumplir con el mandato «Todo cuanto hagas a uno de estos pequeños, a mi me lo has hecho» (Marcos 25, 45)

El teatro fue el púlpito desde el cual predicó Pérez Rojas porque utilizo el TEATRO PARA EVANGELIZAR



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