viernes, 30 de octubre de 2009

CARTAS DE AROMERÍAS



CARTAS DE AROMERÍAS








¿Qué es una carta? Es el espejo de una risa, el balaustro que sostiene la ilusión. El envés de una nostalgia. La palabra que no decimos que se cuela intacta en un tintero vacío. El desembarcadero donde los peces dejan sus rumores de agua a los habitantes del aire.Una carta es un adagio escrito sobre un tumulto de silencios. Y el papel que la contiene es a veces un bajel de velas blancas, un cesto de frutos dulces, un cielo extendido y gigante o a veces sólo el escondite donde se refugia el suspiro que se quedó inmóvil atrapado en un campanario.Nunca sabemos en qué va a convertirse hasta que comenzamos a verter en ellas palabras, que a veces son diminutas melodías desmenuzadas que buscan en el papel dibujar su propio pentagrama. A veces son gotas pequeñitas de un agua salobre que nace de la profundidad de los mares que se agitan en los párpados. A veces están hechas de sequías, hojas secas, tallos quebrados.En el papel se asientan, reorganizan, desordenan y buscan sembrarse o bailar, o aquietarse o esgrimir una razón de peso, como esa de convertirse en un beso leve como el paso de una mariposa sobre las aterciopeladas vestiduras de una flor.Una carta es tal vez la más frugal de las alacenas y la que más asombro resguarda entre sus pliegues. ¿Qué no cabe en una carta? Cabe todo lo que el amor pueda poner en ella. Y el desamor. A veces son recipientes para mecer la ausencia en un viaje imaginario que nunca concluye. A veces es una vasija llena de sed.Otras tiene la fortaleza de un ancla porque sabe que no debe desprenderse de quien la escribe porque se ha vuelto frágil su envergadura y podría quebrarse con cualquier brisa. Cada carta se llena de las aromerías de a quien va dirigida. Aunque no lo sepa el receptor, si es que llega a partir la carta hacia esos puertos.Una carta es como una bandada de versos que no necesitan organizarse en métrica alguna, y que en nada teme a los preceptos gramaticales, porque en la libertad de su vuelo, todo está permitido, hasta la ruptura con los tiempos y las conjugaciones. No tiene que darle cuenta a compostura alguna, porque sólo los dedos que la inventan manejan el cordel que las construye.Es un guijarro que rueda leve sobre un camino en descenso, sin prisa por detenerse. Es un ala de mariposa llena de embusterías en busca de una flor o un remanso de agua. Una carta es el vitral de un rubor que se diluye entre las letras, tiñendo los papeles de violeta y naranja.Una carta es un mandarinar de donde brotan gajitos que dan de comer a los pájaros, a los transeúntes, a los acorazados del cielo. Aunque a veces se contrae hasta hacerse una nube que sueña tempestades, tan sólo para mojar todos los campos del planeta.Así se mira a sí misma una carta. Con poderes extraordinarios, como una suerte de talismán que guarda encantamientos que sólo se ponen a funcionar cuando quien la abre deja ir todas las esporas que le nacieron en su travesía hacia otros dedos fugaces y móviles.En una carta cabe el universo entero y aún le sobra espacio para darle cobijo a la risa del niño que se detiene frente a ella para preguntar por las móviles figuras que juegan a verse en el espejo de sus ojos.La carta lleva en sí misma el misterio de la vida. Si no llega a su destino, acampa en cualquier lugar hasta disolverse en el aire que la mueve. Convierte sus palabras en brisa, en viento, en torbellino, y va dejando sus mensajerías dondequiera que se pose. Si quien la recibe no logra ver en ella lo que no estaba dicho y la toma entre sus manos para arrugarla, ese papel al contacto con el agua, se vuelve pez o estrella de mar y sus palabras se visten de marinerías.En verdad una carta no se puede destruir porque aquello de que está hecha son los estambres que recorren los engranajes de nuestra propia respiración, que quedan en el aire, aún después de todos los adioses.
mery sananes
Giulio Caccini / Adagio





jueves, 29 de octubre de 2009

El ser nacional




El ser nacional

Pablo Mora

Jueves, 29 de octubre de 2009


Enfermo o no nuestro ser nacional, “eso que alguien llamó el alma nacional, disforme, enrevesada, múltiple, enmarañada, revuelta, nos identifica en la diversidad, nos iguala en la desemejanza, nos solidariza en la injusticia, nos equilibra en el isocronismo y la pretendida uniformidad etnocentrista que los imperios y sus alabarderos promueven como artículo de fe.” (Gustavo Pereira).
A la luz de esta concepción, cabe preguntarse: ¿El concepto del alma nacional, como un conjunto de acumulaciones hereditarias, no tiene razón de ser en Venezuela? ¿Debemos sustituir las baldías generalizaciones sobre la llamada alma nacional? ¿Acaso el elemento definitorio en el concepto de Nación no es la voluntad nacional? ¿Acaso lo que verdaderamente caracteriza a una nación no es la voluntad de nación? ¿Acaso el sentimiento nacional no persiste, dentro de la generosa corriente integracionista que sacude nuestras generaciones más jóvenes, entendiendo como éxito de la integración el que logremos armonizar la realidad del sentimiento nacional con la impretermitible exigencia de la integración regional y subregional, es decir, en la solidaridad pluralista? ¿En verdad, este país está perdiendo su alma? ¿Dentro del vaciamiento del espíritu y la ausencia de utopías concretas, prevalece una bien orquestada conspiración contra las conciencias?
¿Dónde, entonces, nuestros valores de solidaridad, patriotismo, soberanía, latino americanismo, integración, cooperación, ponderación del sacrificio, dignidad? ¿Dónde nuestras tradiciones, ese bagaje espiritual con que nos provee el pasado para nuestro viaje al porvenir? ¿Ese presente, potencia de futuro? ¿Ese ser que va siendo, fluyendo, en función de porvenir?
¿Urge crearle un marco digno a nuestra existencia humana, nacional, recuperar nuestra propia esencia en un como renacimiento espiritual, delante de tanta truculencia, desmoralización y desesperanza? ¿O tendremos que suicidarnos lentamente, decidirlo día a día con frialdad y astucia? ¿Asomarnos a la muerte diariamente? ¿O asirnos a la vida, a la paz, la resurrección, la sobrevivencia?
¿O rogar que nunca se nos nuble el horizonte, que nunca se nos cierren los caminos, que siempre amanezcamos con el alba, dispuestos a abrazarnos con la vida? ¿Rogar para que a pesar de las sombras, de las llagas del camino, la esperanza la enciendan los cocuyos?
¿Desaparecerá El Miedo y todo volverá ser Altamira? ¿Tierra ancha y tendida, toda horizontes como la esperanza, toda caminos como la voluntad? ¿Tierra propicia para el esfuerzo, como lo fue para la hazaña, tierra de horizontes abiertos, donde una raza buena, ama, sufre y espera? (PSA)
pablumbre@hotmail.com


martes, 27 de octubre de 2009

tras la sombra del otro



Tras la sombra del otro
(Marian Medrano)


¿Poesía que encamina al reconocimiento del YO con el OTRO? Importante saber en qué lugar estamos, dónde fuimos, suspiramos o estuvimos. Y entender muy bien el mar, al hombre a la palabra y a la vida Estar donde la vida misma quiso: al lado de vida de por vida... ¿Escritor que impulsa hacia el destierro de la inercia, lo pasivo, lo monótono y el dolor? En realidad lo es Luchar. Atravesar. Desafiar. Resistir. Sobrevivir. Jugar con la muerte. Sueño, juego, paso, triunfo, resplandor, asombro. La forma en que acontece el tiempo, el otro río...


Sombra Antigua, miscelánea poética, instaurada por nuestro poeta tachirense Pablo Mora; Sombra Antigua manifiesto que rememora, el banquete de la vida, el destruir de paradigmas inseguros producto de una sociedad que teme vivir y busca morir día a día, el renacer del asombro que lleva a la liberación: Procuremos no ser objetos que sólo sufren golpes, sino que los devuelven, a diferencia de un vegetal, de una piedra o un perro. No olvidemos el fantasma de la tribu: 8+14=22, entre 2=11 Glorifiquemos al infierno con la fatalidad del juego Un arte que deforme lo real para formarlo Un arte que parta de la vida, vuelva a la vida y cree la vida Un arte para gritar a tiempo...


Se podría decir que su tema está cohesionado por palabras medulares como: libertad, sueños, olvido, alborada, renacer, soledad, hombre, Dios, asombro, sombra, luz, guerra, paz, tristeza, alegría, muerte, vida, gritar, mar, arena y la presencia de un híbrido vocablo, Tristumbre (tristeza e incertidumbre). En el arte de Mora, se puede alegar la fusión que realiza entre antiguos escritos - de Rimbaud, Goethe, Nietzshe, Huidobro, Borges, Cortázar, Perse, Pereira, Rugeles, entre otros- y sus pensamientos altivos, que valoran las creaciones originales y parte de ellas para la inspiración de las suyas, junto a la evocación va su sutil esencia.


La combinación de sus palabras, lo armónico, lo franco. Tiene mil significados, con singular cara, que lleva al lector a desprenderse de la razón, para poder sentir realmente lo que el escritor desgarra de su alma, para ofrecer la extrañeza; se sueña, se sonríe, se siente en cada palpito, la melodía constante, ejemplo de ello será la composición de palabras con la terminación ame, eme, rézame, rásgame aléjame azuléjame desgárrame despiértame cronópiame desencadéname náceme enraízame amórame Es un llamado al amor, a la entrega, comprender que todo se da en el espacio dado sin tiempo preciso.


En resumen, Sombra Antigua, lleva al lector a una búsqueda que va más allá del espacio; porque es cierto que las palabras son vida, luz, altivez; a través de ellas nos lanzamos al encuentro con la libertad, al reconocimiento del ser y la otredad. Pablo Mora, no enaltece el Yo, llama al Nosotros. Aunque al principio se siente solo, y convoca a los otros, siempre se va a sentir uno; nos sorprende, nos hace vibrar, despertar y hasta que los ojos ardan, porque aprendemos a utilizarlos.


martes, 20 de octubre de 2009

A mal tiempo, buena cara


A mal tiempo, buena cara
Pablo Mora
"La risa es el sol que ahuyenta el invierno del rostro humano." (Víctor Hugo). "La risa es salud y alarga la vida." (Jim Carrey). "El hombre sufre tan terriblemente en el mundo que se ha visto obligado a inventar la risa." (Federico Nietzsche). "La risa es el lenguaje del alma." (Pablo Neruda). "El tiempo que pasa uno riendo es tiempo que pasa con los dioses.” (Proverbio japonés).
En efecto, la risa disminuye la presencia del colesterol en la sangre, pues equivale a un ejercicio aeróbico; favorece la digestión al aumentar las contracciones de todos los músculos abdominales; contribuye a aplacar la ira, a un cambio de actitud mental que favorece la disminución de enfermedades; aumenta el ritmo cardíaco y el pulso y, al estimular la liberación de las hormonas “endorfinas”, permite que éstas cumplan una de sus importantes funciones, como es la de mantener la elasticidad de las arterias coronarias; también ayuda a reducir la glucosa en sangre; la risa nos libera del temor y de la angustia. En fin, algunas teorías médicas atribuyen efectos beneficiosos para la salud y el bienestar a la risa, dado que libera endorfinas. Un estudio demostró que algunos indicadores relacionados con el estrés disminuyen durante los episodios de risa.
Por contraste, se puede morir de risa, por aquello de que omne quod est nimium vertitur in vitium: se trata de una muerte provocada por un prolongado e incontrolado ataque de risa. Probablemente el primero en la historia en morir de un ataque de risa fue Calcante, en el siglo XII a. C. Un adivino sentenció que Calcante nunca llegaría a probar el vino de sus uvas. Llegada la vendimia, Calcante, invitó a su rival a beber, pero al repetir éste la profecía, Calcante soltó tal carcajada que murió asfixiado. Se dice que el pintor griego Zeuxis murió de risa en el año 398 a. C. mientras pintaba una escena cómica. Otra variante de la historia narra que murió de risa cuando una anciana le encargó una pintura de Afrodita, pidiendo al pintor que la usara a ella como modelo. Algunos autores afirman que Aretino murió cuando su hermana le contaba un relato erótico. En ese momento, le entró un ataque de risa que hizo que cayera de espaldas preso de una apoplegía. El 24 de marzo de 1975, Alex Mitchell, un albañil de 50 años de edad de King’s Lynn, Inglaterra, literalmente se murió de risa mientra miraba un episodio de la serie The Goodies. Después de veinticinco minutos de risa continuada, Mitchell finalmente se derrumbo en el sofá y murió como consecuencia de un ataque cardíaco. Su viuda le envió después una carta a los Goodies, agradeciéndoles por haber hecho que los últimos momentos de vida de Mitchell hubieran sido tan agradables.
Sea que reconozcamos a la risa como una catarsis, así como que los monos inventaron la risa, lo cierto es que la risa, bella, contagiosa, júbilo, alegría, salud, ha sido tema de estudio de filósofos como Nietzsche, para quien la risa es posibilidad para construir un filosofar del futuro; así como para Bergson, para reír es necesario no sentir, dejar de sentir, de modo que por unos instantes la vida se aligera, la carga emocional se torna más liviana, ayudando a disminuir la angustia existencial que a diario nos circunda. ¿Por aquello de que a mal tiempo, buena cara?


pablumbre@hotmail.com


jueves, 15 de octubre de 2009

Era azul


Era azul como el sueño de la tarde
mariposa vegetal engalanando
la fosforescencia de los cocuyos y los grillos

Al lado de los troncos los bejucos
y las cumbres de las flores
coronando las canas de los árboles
dialogando con cielo azul marino

Una pompa de jabón me devolvió la infancia
y pendiente de mi sueño
me conseguí con el centro del mundo
que sólo conocen los dioses por ahora

Cuando de todo esto no quede sino polvo
la osamenta de la ciudad se la llevarán
las quebradas en sus aguas turbulentas moribundas
en busca de otras galaxias subterráneas celestes
submarinas

Acumulemos sueños y verdades
porque al final no importan tanto las sombras
como las luces del camino

Y dirán los montes los ríos las cascadas
las veredas la luna el sol y las estrellas
Sólo quedó la forma de su huida

Porque toda piedra alguna vez fue estrella




Pablo Mora



martes, 13 de octubre de 2009

Haremos el amor




Haremos el amor hasta que llegue el alba

Venturosos los que acogen al amor
en su morada
de ellos serán el pan el vino
la sal y las mieles contra el olvido

¡Que no caiga la semilla en la arena!

¡Que haya siempre leña
en casa de los amantes!

¡Que la mujer llegue a la cima
y el hombre ya la esté esperando!

¡Que en las manos de la mujer
crezca la raíz del hombre!

¡Que nadie muera
que no haya amado!

¡Que nunca sea torturado
el testículo del hombre!

¡y el pezón de la mujer
que siempre sea la flor!

que no sea torturado

que sea siempre la flor


De: Introducción a la pareja. Ibar Varas, Chile