jueves, 9 de agosto de 2012

Ibar Orlando Varas Villegas Una vida que gira en torno al amor
Descripción: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaY4xmsfmbFjtXJ4YfOn7AFcC-ANVwQUZbyueH0Iw8F9f1l_S-CwrSQZXvXfO7NqJMLDKCV3QXA7Cem8SEnGDC_FHaUjb7NydfGvU5IxA6ai7CdORAAJkhUxf2bfUzvg8n3lxuRcZZ238/s320/ibar_varas_taller_teoria_dialogica_ene_2008.jpg Freiddymar Ortega.- Mucho es lo que se conoce de la vida profesional del maestro y escritor chileno Ibar Varas. Un hombre noble de gran corazón, ese que ha reflejado en sus poesías. Se necesitan sacos de tiempo y amenas charlas para saber lo que hay mas allá de sus publicaciones y los años de preparación. Pininos que lo llevaron a tomar su rumbo Entre “pichangas” (Caimaneras) con sus amigos en las calles de Chile fue transcurriendo su niñez, siempre tuvo claro que quería constituir una familia cuando fuese grande, tener una esposa y poder experimentar las cosas que veía en los adultos de su alrededor. “Cuando era niño yo no sabía a dónde podía llegar, no me imaginaba incluso lo que querría hacer cuando grande”. Pasó varios años de su infancia viviendo al norte de Santiago, donde gracias a un profesor que aún recuerda muy bien, despertó en él una curiosidad por la poesía y en ese momento aprendió a no dejar pasar el tiempo en vano. Las oportunidades fueron llegando de manera sorpresiva pero no dudó ni un segundo para aprovecharlas, tuvo que pasar por varias pruebas para darse cuenta que los números no eran sus aliados, “Nunca sentí que era un fracaso porque no estaba convencido de ninguna manera que eso era lo que me iba a gustar mañana”, así se dio cuenta que su verdadera vocación era la docencia. Las oportunidades de preparación lo llevaron a México Como la mayoría de las cosas en su vida, salir de Chile también fue inesperado. Se enrumbó a México buscando prepararse en el ámbito del Desarrollo de la Comunidad, pero nunca dejo de lado el interés por la literatura. Su tiempo libre siempre fue provechoso para leer y escribir poesías. Nuevo rumbo, esta vez pintado de amarillo, azul y rojo Diez años después de regresar a Chile y debido a problemas relacionados con el golpe de estado que se vivía en su país, Ibar atravesó un proceso de desempleo que lo impulsó a aceptar una de varias propuestas para trabajar en otro país, “Si tantas personas me quieren sacar de Chile, creo que debo irme, a lo mejor puede ser un aviso”, así fue como llegó a Venezuela y esta vez para quedarse. “Y volver, volver, volver”, como dice aquella famosa canción ranchera Ibar Varas experimentó muchas cosas en su vida, entre ellas, enfrentarse a una encrucijada donde debía decidir si regresaba a su país o se quedaba en Venezuela definitivamente. “Cuando Pinochet sale del poder tenía que pensar si volver o quedarme, solo que volver ya no era cosa de dos, mis tres hijos habían anclado aquí y solo regresaríamos mi señora y yo”, de esta manera deciden quedarse y empezar a sentir Venezuela como su propia tierra. Planes hay, pero regresar no es uno de ellos “No hay planes de volver, esta es mi tierra, es mi patria”, esas son las palabras de un maestro que ha pasado más de 30 años de su vida en este país y que ya lo siente como suyo, su familia está aquí y por tanto, su vida está junto a ellos. Recuerdos, tantos recuerdos “Me invade el sentimiento cuando revivo cosas de chile, pero no me dan ganas de volver”. Cuando tiene la posibilidad viaja a Chile, toma algún vino, recorre lugares donde pasó parte de su vida, degusta algunas comidas y recuerda que tiene sentimientos que están arraigados en su ser y que representan para él a su país. Sin embargo, vuelve a Venezuela con su familia y sigue disfrutando de ella. La poesía, el amor y su familia “He colocado a mi familia por encima de muchas otras decisiones que hay que defender”. En la vida de Ibar Varas hay cosas fundamentales, pero la unión familiar representa para él algo necesario, de hecho, cada vez que tiene la oportunidad de reunirse con los miembros de su familia lo disfruta al máximo, realizan tertulias en la mesa de su casa y no hay uno que se quede sin opinar, en la familia Varas Díaz desde el más pequeño hasta el más grande es escuchado. “Que nadie muera sin haber amado” Este es el título de una de sus publicaciones, pero hoy Ibar Varas tiene la dicha de manifestar el amor que ha sentido en la vida, “Me han amado y yo he amado intensamente”. Desde el inicio ha disfrutado de un amor con su pareja que está cargado, aún, de muchas ilusiones. Este poeta ha encontrado al verdadero amor, ese que es compañero y amigo en su esposa, Alicia Díaz. Ibar manifiesta lleno de emoción el placer de ver a sus hijos caminando por primera vez, y así mismo, recuerda las tantas veces que se sintió lleno nada más de experimentar momentos con su familia. Aun quedan cosas por vivir Ibar Varas es una persona que con un sinfín de experiencias y satisfacciones, pero aún queda algo por hacer. De sus horas dedicadas a la escritura han resultados libros que no ha publicado, pero no pierde la esperanza de un día poder mostrarlos al mundo y continuar enriqueciendo esa historia que representa. Su jovialidad es algo destacable en él y entre carcajadas manifestó que algún día tuvo deseos de cantar con una agrupación de tango argentina, “Ya no lo haré y tampoco creo haberlo hecho antes, tengo algo de pudor”. Así mismo, expresó su fuerte deseo por que algún día la universidad, para la que sigue trabajando a pesar de estar jubilado, tenga una radio FM (desde joven se ha interesado en la radiodifusión) y el poder dedicarle tiempo a eso. Una guía para Ibar Varas “He tenido varias guías y he sentido que me han ayudado a ser quien he querido ir siendo, porque todavía no sé quién soy”. En la vida de este poeta han influido varias personas, pero unos han sido claves para encontrar su rumbo; por ejemplo, un maestro de sexto grado que lo motivó en ir a la escuela. Gracias a él, Ibar encontró un interés que lo dirigió a lo que es hoy, “Sin saber si serviría para eso o no, estudié como si lo hubiese decidido conscientemente”. Durante sus años de preparación como maestro, se topó con una profesora en la que vio una preparación profesional extraordinaria, “No había algo que le preguntara y no lo supiera”, de hecho, en su rostro se puede apreciar aún, la gran admiración con la que se refiere a esta profesora que le dio una gran lección y le sirvió como un ejemplo a seguir, “Me marcó como el modelo de la exigencia que uno tiene que hacer consigo mismo”. “Fracaso”, ¿Existe en su vida? Para Ibar Varas hubo un punto claro toda la vida, “Tuve una intuición de que uno debe planificar, pero no al más largo plazo, tampoco se debe ser cortoplacista, fijarse metas que tengan relación con las cosas que uno quiere”. Así fue como iba proponiéndose y cumpliendo metas, pero no todo en la vida es perfecto y él no fue la excepción, alguna vez quiso ser médico y solo quedó en deseo. Sin embargo, entre pensamientos interrogativos intentó comentar de otra cosa que no haya logrado y no obtuvo respuesta, “Me disculpo si parezco petulante, todo lo que yo me he propuesto hacer o ser, lo he hecho y de nada me arrepiento”. Sin duda un ejemplo de constancia y dedicación. Ibar Varas pasa sus días entre libros y poesías que para él son una forma de vida, “A mí la poesía me ha ayudado tanto en distintos momentos, tanto en los de triunfos como en los difíciles, en la poesía he encontrado un canal por donde las energías pueden fluir”. La vida de este poeta es una historia que empieza, transcurre y obviamente termina en amor.

1 comentario:

  1. Soy Roberto Mendoza, parte de tu biografía juvenil. De nuevo perdimos contacto, por favor comunícate,tienes mi correo y teléfono.

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