martes, 20 de octubre de 2009

A mal tiempo, buena cara


A mal tiempo, buena cara
Pablo Mora
"La risa es el sol que ahuyenta el invierno del rostro humano." (Víctor Hugo). "La risa es salud y alarga la vida." (Jim Carrey). "El hombre sufre tan terriblemente en el mundo que se ha visto obligado a inventar la risa." (Federico Nietzsche). "La risa es el lenguaje del alma." (Pablo Neruda). "El tiempo que pasa uno riendo es tiempo que pasa con los dioses.” (Proverbio japonés).
En efecto, la risa disminuye la presencia del colesterol en la sangre, pues equivale a un ejercicio aeróbico; favorece la digestión al aumentar las contracciones de todos los músculos abdominales; contribuye a aplacar la ira, a un cambio de actitud mental que favorece la disminución de enfermedades; aumenta el ritmo cardíaco y el pulso y, al estimular la liberación de las hormonas “endorfinas”, permite que éstas cumplan una de sus importantes funciones, como es la de mantener la elasticidad de las arterias coronarias; también ayuda a reducir la glucosa en sangre; la risa nos libera del temor y de la angustia. En fin, algunas teorías médicas atribuyen efectos beneficiosos para la salud y el bienestar a la risa, dado que libera endorfinas. Un estudio demostró que algunos indicadores relacionados con el estrés disminuyen durante los episodios de risa.
Por contraste, se puede morir de risa, por aquello de que omne quod est nimium vertitur in vitium: se trata de una muerte provocada por un prolongado e incontrolado ataque de risa. Probablemente el primero en la historia en morir de un ataque de risa fue Calcante, en el siglo XII a. C. Un adivino sentenció que Calcante nunca llegaría a probar el vino de sus uvas. Llegada la vendimia, Calcante, invitó a su rival a beber, pero al repetir éste la profecía, Calcante soltó tal carcajada que murió asfixiado. Se dice que el pintor griego Zeuxis murió de risa en el año 398 a. C. mientras pintaba una escena cómica. Otra variante de la historia narra que murió de risa cuando una anciana le encargó una pintura de Afrodita, pidiendo al pintor que la usara a ella como modelo. Algunos autores afirman que Aretino murió cuando su hermana le contaba un relato erótico. En ese momento, le entró un ataque de risa que hizo que cayera de espaldas preso de una apoplegía. El 24 de marzo de 1975, Alex Mitchell, un albañil de 50 años de edad de King’s Lynn, Inglaterra, literalmente se murió de risa mientra miraba un episodio de la serie The Goodies. Después de veinticinco minutos de risa continuada, Mitchell finalmente se derrumbo en el sofá y murió como consecuencia de un ataque cardíaco. Su viuda le envió después una carta a los Goodies, agradeciéndoles por haber hecho que los últimos momentos de vida de Mitchell hubieran sido tan agradables.
Sea que reconozcamos a la risa como una catarsis, así como que los monos inventaron la risa, lo cierto es que la risa, bella, contagiosa, júbilo, alegría, salud, ha sido tema de estudio de filósofos como Nietzsche, para quien la risa es posibilidad para construir un filosofar del futuro; así como para Bergson, para reír es necesario no sentir, dejar de sentir, de modo que por unos instantes la vida se aligera, la carga emocional se torna más liviana, ayudando a disminuir la angustia existencial que a diario nos circunda. ¿Por aquello de que a mal tiempo, buena cara?


pablumbre@hotmail.com


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