martes, 12 de marzo de 2013
Manifiesto
1
Nubes juntas, sueños juntos,
barrio humilde, desnudo, recio, original.
Tiempo viejo, puño pronto. Trago Largo.
Año nuevo, mochila nueva, calle nueva.
Sin mentira, sin miedo, sin tardanza,
al abierto, al rompe, a lo mejor.
A lo que venga, como venga, como se pueda.
Sin cortar la luz, sin horario, sin retorno,
Sin bajar los brazos, sin bajar la guardia, sin bajar la alegría.
En nombre del pan, del pobre y de la cena santa.
Quedan la vigilia, el amor, la angustia espiralada;
el héroe, la sangre, la huida;
las preguntas, la seña, la orfandad.
Alta nube, alto desconsuelo, alto sol.
El rito, el brazo, las cantinas, la pena, la salida.
Quedan ansias, llanto, luceros, desvarío;
el atajo, la consigna.
Queda el firme clamor hacia la fe.
Buscaremos la guarida de la sombra, trepando eternidad.
2
Sabremos del columpio de la rabia, del camino que regresa;
de las edades del grito y la asechanza;
de la vagina, de la pereza, de la prisa;
del hambre, del hombre,
del ladrido imperial,
de los bellacos.
Sabremos de las amargas grietas del roble;
de los burdeles del aire, de las esquinas del sueño;
del apellido del árbol, de las arenas del mal;
de los basurales del pobre, de las entrañas del daño.
Sabremos de las distintas caras cristianas;
de los entierros sin hombros; de los suburbios sin santo;
de los jirones de sueldo; de los retazos del agua;
de las gargantas sin voz; de los charcos del dólar;
de los gemidos del plato; de la señal del centavo.
3
Armaremos salones, cajas, calles, plazas;
milagros, camerinos y tarimas;
aceras, faroles y banderas.
Armaremos de acero los cantos.
Hasta de dos en dos armarnos y amarnos hasta el fin.
Echaremos las sombras al viento, a la espalda los arroyos,
la barricada a la paz.
Volveremos al sitio y al abrazo
Inscribiremos a Dios.
Revisaremos listas, nóminas, retratos.
Ajustaremos tragos, brindis, trasnochos, alegrías.
Alistaremos las mesas, las jarras, las cafeteras, los manteles.
Cuidaremos casa, avío, fincas y razones;
sabana, aldea, luna, víveres, albada.
Tornaremos al cimiento, a la ruana, al cuatro, a la vereda.
Contaremos con el voto de los pájaros,
con el aplauso de la tarde,
con el orgasmo del vino.
Iremos a la marcha de los árboles.
Al murciélago trizas volveremos.
Echaremos el resto, apañaremos el sol.
Daremos nuestra vida por un arma en paz.
4
Cantémosle a la tierra, al bahareque, al oro, al riesgo, al desafío.
Inspeccionemos armas, demonios, insignias, santidades;
andanzas, amenazas, celadas, mensajes, bodegas,
secretos, arsenales químicos, biológicos, nucleares.
Desenterremos el mal y sus secuaces.
Reunamos tantos inspectores como sea posible.
Crucemos las fronteras del imperio.
Ingresemos en sus antros, en el fondo de sus cajas negras.
Desarmemos su desvergonzada locura, con la fuerza de la paz.
5
Puño en alto final
¡Ecua jey!
grabemos el sueño entre los árboles
desentrañemos los secretos al asombro
tengamos mucha imaginación para ver la realidad
asumamos absurdos enigmas laberintos y zozobras
perpetuemos la gloria del mundo en un grano de maíz
compartamos la luz al mismo tiempo que la noche oscura
encendamos lámparas en el túnel de la infamia enloquecida
mantengamos la espada en la trocha que corresponda abrir
empuñemos las manceras del arado en el lugar apropiado
en el momento apropiado y en la circunstancia apropiada
Pablo Mora
Sangre Zurcida
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