miércoles, 22 de mayo de 2013

Un cura rojo italiano

Un cura rojo italiano Pablo Mora Don Andrea Gallo nació en Génova el 13 de julio de 1928. Acaba de morir, este 22 de mayo de 2013. De profesión sacerdote, conocido entre todos como el Cura Rojo, o el Padre de la acera. Desde hace más de tres decenios tuvo en pie la comunidad de San Benedicto en el Puerto, de Génova, donde desarrolló proyectos para marginados, específicamente iniciativas destinadas a aquéllos que sufren adicción a los estupefacientes y prostitución. Sobresalió su vida en cuanto activista social. Don Gallo siempre se mantuvo en la cresta de la onda, no hubo una semana que no saliese a la calle a lanzar un mensaje de protesta, para defender a los más vulnerables, como los drogadictos o los sudamericanos de Génova. Amigo de teólogos de la liberación, de revolucionarios, de cantantes e intelectuales entre ellos: Fabrizio De Andrè, Vasco Rossi, Fernanda Pivano, Manu Chao y Tonino Carotone. De Aleida Guevara (la hija del Ché). De directores de cine como Ettore Scola o Mario Monicelli. Fue protagonista del gran y verdadero resurgimiento italiano, habiendo participado en una brigada partisana donde el comandante, un ex- teniente del ejército italiano, era su hermano mayor, Dino Gallo. Él había escogido el camino de la resistencia; la brigada se llamaba Paolo Cozzo, siendo Don Andrea el partisano “Nin”, actuando en los alrededores de Génova. Como un partisano, ve la llegada de la democracia y la liberación. Estuvo muy vinculado con las luchas de América Latina, convencido de que en su país tenían que hacer como están haciendo allí: empezar desde abajo, creando una red de ciudadanos que tengan conocimiento, que crean en la formación, que vayan a los barrios y reanuden los contactos, que tomen nota de las necesidades de los ciudadanos, que éstos a su vez tomen conciencia, que los sindicatos tomen conciencia. Que se dé un nuevo modelo de agregación y una nueva participación democrática. Que poco a poco crezcan estas redes de participación y solidaridad para empezar a hacer presión en los llamados consejos municipales, en los consejos provinciales, en el parlamento regional, para llegar hasta el Parlamento nacional. Entre sus maestros, el más grande, suspendido a divinis lamentablemente: Giulio Girardi, gran teólogo de la liberación, estudioso de la Iglesia y el Marxismo. El único italiano invitado por Fidel Castro, después de la visita de Juan Pablo II a Cuba, donde se encontraban Frei Betto y Leonardo Boff para analizar la visita del Papa a Cuba. Acostumbraba repetir: “Mi faro sigue en Medellín donde en el 1968 nació la Teología de la Liberación, donde se decretó que la Iglesia no es para los pobres, sino que está con los pobres.” Muerto a 84 años en Génova, la de Gallo fue una vida dedicada a las luchas por el trabajo y por la defensa de los oprimidos. Representó a la iglesia de los desasistidos. A diario fue acusado de comunista. “Es cierto, soy comunista, sostenía. No olvido jamás la Biblia y el Evangelio. Y no olvido es verdad lo escrito por Marx.” En la iglesia de San Benedicto de Génova, en ocasión de la celebración de los 42 años de la comunidad, Don Gallo de un momento a otro se quitó la bufanada roja que portaba y comenzó a flamearla, en medio de la feligresía, como si fuese una bandera, cantando Bella Ciao. No sucede a menudo ver entonar una canción de tal género por un sacerdote y los fieles al final de una misa.

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