viernes, 21 de enero de 2011

Vivir es...








Vivir es...

Pablo Mora


Vivir es saber del canto y la palabra. Es saber dónde duermen las sombras. Cuál es el camino de los gatos, el reverso del asombro, el sentido de las tardes. Vivir es oír el lamento de las rosas. Es descubrir el secreto a las semillas. Pulsar el muñón purulento de la esquina. La sombra de la muerte que persigue. Vivir es tropezarnos con la aurora. Es pulsar el acento a la penumbra. Gritar cuando la vida se acurruca. Templarle el horizonte a los tejados. Oírle los recados a la noche. Saber que el tiempo como el sol no para, que la muerte no cesa de esperar como la lluvia a veces se exaspera.

Vivir es más que respirar, más que durar. Es presentir. Vivir es saber que nada nos limita. Es sentir en nuestros órganos, los órganos ajenos, esa hambre, la del otro, esa tortura, la del otro. Es tener al otro tan presente como a uno. Es cuidar de lo sagrado, que está adentro y que está afuera. Adentro en las entrañas, en el sueño y el ensueño. Afuera en ese infinito espacio que queda entre nosotros y los otros.

Vivir es encontrar absurda la distancia. Es dormitar sobre la alfombra del destino. Es entregarse al tsunami, la pasión, como a un amante. Vivir es entender la eternidad. Es entender la vida como propia. Es tomar las riendas de la aurora y viajar hacia la nada. Es también, amar la revolución del día como única alternativa, la subversión de la palabra como sendero y la anarquía interior como filosofía.

Vivir es llenar el alma de pasiones. Pasiones vivas, que valgan la pena, que valgan la alegría, que valgan el dolor y el desengaño. Vivir es tener presente todo instante. Es no morir de olvido. Es estremecer al mar con nuestro grito. Vivir es meditar sobre el hallazgo. Vivir es no ignorar los subterfugios, es entrometernos en las cosas. Es destrozar las palabras. Vivir es leer lo que no ha sido escrito, lo que figura en los anales de la historia no contada. Es imaginar todas las cosas, no olvidarnos de ninguna.

Vivir es amar hasta que arda. Es odiar mercados, bolsa y capitales. Vivir es ver, saborear, gozar, sufrir, arder, temer, soñar. Vivir es riesgo, es tener la tormenta entre las manos, morder los puñales que nos amenazan. Es disparar a fuego vivo contra la avaricia y la ambición. Vivir es desear ser un zorrino, es entender que dicen los aromos, es escuchar la voz de la arena, es tratar con las estrellas. Es no darle la espalda a la esperanza, es beberla, beberla hasta vivir. Es diversificar los sentidos, ver el aroma de la vida, palpar lo amargo del dolor, escuchar la torturada voz del odio.

Vivir es pre vivir y post vivir. Es sabernos vivos, enteros o partidos, pero vivos. Es saber dónde están todas nuestras partes. Es conocer quien se las ha llevado e ir a buscarlas. Vivir es intentar recuperar el cuerpo, para devolverlo al alma. Vivir es indecisión, duda, miedo, espanto, tormento, embriaguez, ansiedad, angustia, peripecia. Vivir es entregarse a las lágrimas, suspiros y temblores. Es orgasmo visual. Es éxtasis en la piel. Es llanto en la montaña. Es mar de incertidumbre. Es gramilla crecida. Es molestia, compromiso fatal. Es resistir, resarcir, es reintentar. Es reinventar, recubrir y resonar. Vivir es ser amigo de la muerte. Amigo de las sombras y las penas. Amigo de la vida sempiterna.




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