jueves, 26 de julio de 2012

Antonio Mora Pablo Mora
Antonio Mora, epónimo de la Biblioteca de la Unidad Vecinal, a mucha honra, un hombre íntegro que porta a Pregonero —su patria chica— en sus adentros tal como lo testimonia su poema Señas, el que justamente aparece grabado para el tiempo en la acera del Museo de Artes Visuales y del Espacio del estado Táchira, y que reza así: “Un pueblo tan lejano que parece un recuerdo / Dos calles polvorientas / Un sauce y una acequia / Quizás las golondrinas / Y yo harapiento y solo / Esa es toda mi patria.” Amable, solidario, fraternal, con elevada profundidad en el juicio, en el pensamiento y la convivencia, como lo demuestra el poema titulado: P. M. & A. M. Bibliotecario, poeta, promotor de cultura a tiempo completo, ante todo un educador, convencido de que sólo en la educación puede signar la esperanza un pueblo. Todo ello con un singular “enseñar deleitando.” “Tres Zarandajadas” —su obra antológica— recoge las tres instancias de su vocación literaria, ya en la poesía, ya en la narrativa, impregnadas ambas de un alto sentido del humor. Proveniente su periplo vital de los años sesenta, con la fundación y coordinación del Taller Literario Zaranda (1980-1994) contribuye a la acción revitalizadora en las letras tachirenses contemporáneas, siguiendo las huellas de El Parnasillo, La Cueva Pictolírica y la Peña Manuel Felipe Rugeles. Su obra máxima, Tres Zarandajadas junto a una docena en coautoría. Sobresale igualmente Crónicas de Acirema, donde Antonio Mora presenta una lectura muy original de América. Así como toda su poiesis puede entenderse como una lectura de los Andes… “un modo de ser y de hacer lo andino”, llegando a reconocérsele como el Ramón Palomares de este rincón nacional. De hecho, estamos a la espera de la obra cumbre, de madurez, donde aparezca el Inventario de los Andes anticipado en poemas como Derrota e Inventario para un adiós. Acerca de su obra fundamental en prosa Crónicas de Acirema hemos de decir que a partir de la misma denominación: Acirema (anagrama de América) constituye un levantamiento de la cultura latinoamericana, un registro del alma nacional de América al revés y al derecho. A partir de variadas observaciones, repletas de h u m o r, sarcasmo e ironía, desarrolla breves y profundas críticas en torno a la cultura, la política, la economía, la música, la religión, la tradición en sí latinoamericana, en sus virtudes, bondades y defectos “con el deseo subterráneo de que el ser humano cambie” como él mismo lo confiesa. Diríamos que es una mirada caleidoscópica de América a la luz de la “jodienda poética.” De repente parece que estuviéramos delante de la Utopía de Tomás Moro. Propiamente representa un levantamiento crítico del acontecer latinoamericano a través de una intervención quirúrgico-social: verdadero guión crítico o Clase Magistral sobre América Latina. La obra de Antonio Mora merece un abordaje semiótico, que permita seguirle el paso a los sujetos de la enunciación, a la creación de sentido que en ella se produce. Los puntos de fuga del autor a la par que los del lector, en medio del acontecer denotativo o connotativo, hacen que la obra de Mora pueda ser afrontada desde tres modalidades: sígnico-lexical, alegórico-poética y crítico-contextual. Burla burlando en ella se entrevera el humor con principios fundamentales que llevan —in cauda venenum— a esclarecedores axiomas, sentencias, apotegmas a modo de auténticas paradojas sociales. pablumbre@hotmail.com Pablo Mora

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