miércoles, 31 de octubre de 2012
ALÍ PRIMERA
En una rebelión de hojas marchitas
que el viento esparcirá por el camino,
en la misma vereda en la que vino
y que golpe tras golpe la transitas.
En el mismo solar donde gravitas,
de este lado implacable del destino,
al borde de los ratos junto al vino
donde fueron a dar todas tus cuitas.
Canoa frente al viento huracanada
buscando enloquecida su corriente,
ráfaga entre tiniebla iluminada
golpeteando el quejido duramente,
quedará tu existencia enarbolada
al pie de los recuerdos dulcemente.
Hermano Alí, el de la Patria Buena,
hecho de sangre, barricada y pueblo.
Hermano de Jesús, el camarada,
pendiente del juguete aquí en la tierra.
Sembraste la justicia a mano llena
disparando en la vida tus canciones
con ronca voz y corazón al vuelo...
las flores hoy palidecieron.
Alí, sabemos que la marcha es lenta
y sigue siendo marcha, camarada,
en cada Nicaragua de la tierra.
La llovizna y el cielo camaradas,
todos los camaradas de la tierra
sembrarán hasta el fondo la alborada.
A partir de tu muerte tempranera
entre la rabia y la ternura tuyas
nuestra vida será la camarada
que puño en alto acortará caminos.
Acortará el camino a la llovizna
para que abone la simiente a tiempo;
acortará el camino a la alborada
para que se abra la mañana en fuego.
A partir de tu muerte, camarada,
sabemos que hacen falta muchos golpes
para matar la muerte y su carnero.
A partir de tu muerte, Alí Primera,
le nacerán pestañas a la aurora
para que llegué al corazón del pueblo.
Pablo Mora
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario