sábado, 26 de junio de 2010

Estado Social Naciente







Estado Social Naciente


Pablo Mora*



Definitivamente, en el constitucionalismo contemporáneo predomina un elemento unificador que se manifiesta en la clara toma de conciencia, en la acentuación de la dimensión social de la persona. El hombre no es considerado sobre todo como individuo con derechos absolutos de libertad, sino como ser social, esto es, como parte integrante de la sociedad en la que vive, titular no sólo de derechos de libertad, derechos civiles, políticos y económicos, sino igualmente de derechos culturales, ambientales, sociales, que le permitan desarrollar su propia personalidad en el ámbito de las formaciones sociales, como la familia, la escuela, el trabajo, la política.
Justamente, nuestra actual Constitución contempla la protección integral a la familia, a la maternidad y la paternidad; al matrimonio, a los niños, niñas y adolescentes, a los jóvenes y las jóvenes; la garantía del pleno ejercicio de sus derechos a los ancianos y ancianas; el derecho al ejercicio pleno y autónomo de sus capacidades y a su integración familiar y comunitaria a toda persona con discapacidad o necesidades especiales; el derecho social fundamental de la salud; así como el pleno derecho a la seguridad social; sobre todo el Artículo 87 reza muy enfática y razonadamente: "Toda persona tiene derecho al trabajo y el deber de trabajar", en una directa evocación o alusión a la advertencia paulina: "el que no quiera trabajar no coma".
Nuestra Constitución, con milenaria visión, se preocupa por asegurar más que una libertad formal y más que una igualdad formal, una libertad y una igualdad sustanciales, mediante la intervención concreta del Estado. De hecho, el Estado está llamado no sólo a reconocer y garantizar los derechos de los ciudadanos, sino a asumir un conjunto de responsabilidades y compromisos en el ámbito de la organización de las relaciones económico - sociales, para hacer que todos los ciudadanos puedan gozar de sus derechos y cumplir con sus deberes de solidaridad social.
Estamos, así, delante de un Estado Social que a partir de una simbiosis de carácter democrático-social sintetiza los derechos de libertad, igualdad y justicia social, asumiendo la obligación de remover los obstáculos de carácter económico y social que impidan a los ciudadanos el pleno desarrollo de su personalidad y potencialidades individuales y sociales. Mediante una actividad directiva y coordinadora, el Estado Social Naciente proveerá y facilitará los instrumentos idóneos para que todos los ciudadanos puedan gozar del progreso económico del País, para con el cual ellos contribuyen con su trabajo material y espiritual.
Estado Social Naciente en cuanto nuevo paso evolutivo nacional, afianzado en una solidaridad social, fundada en el valor universal de la persona en su doble dimensión individual y social, dispuesto a resolver los problemas sociales, en la amplia perspectiva de un mundo "globalizado", dentro de los fraternos lindes latinoamericanos o regionales, mediante nueva visión, nuevos instrumentos, nuevas leyes, nuevos métodos, nuevas creaciones.
Estado Social Naciente en cuanto auténtica transición social fincada en una solidaridad alternativa y en una exploración de lo posible y lo factible dentro de los rieles de la presente hora histórica del Proyecto Nacional.
Empeño de todos, entonces, ha de ser el que las ideas superiores, matrices, de Libertad, Igualdad, Justicia y Solidaridad Social, se tornen una realidad. Otro modo de ver, de vivir o sobrevivir, en cuanto reconstrucción histórica, donde la verdad y el saber social sean normas de ser en concomitancia con una real praxis liberadora, razón de ser de nuestra más legítima elección.
El Estado Social Naciente, de cara al porvenir del pueblo de Venezuela, en ejercicio de sus poderes creadores e invocando la protección de Dios, el ejemplo histórico de su Libertador Simón Bolívar y el heroísmo y sacrificio de sus antepasados aborígenes y de los precursores y forjadores de una patria libre y soberana, signa el hormigón de su esperanza, su razón de ser, en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
El pueblo de Venezuela, en ejercicio de sus poderes creadores, con el fin supremo de consolidar la República —constituida en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político— finca, así, su porvenir en una solidaridad fundada en el valor universal de la persona en su doble carácter individual y social, sobre todo en la acentuación de la dimensión social, con derechos y deberes de solidaridad.
A pesar de quienes se oponen a un plan general de liberación, en reconstrucción histórica, en concomitancia con una real praxis liberadora, asistimos al renacimiento de un país: nueva vía donde el viento del tiempo sopla a favor del hombre con la esperanza de que la ruta sea la más justa y la propia tripulación la que defina las líneas maestras del devenir.
En vigilia creadora, en desafío histórico cultural, en auténtica renovación creativa, decididos a echar adelante la nueva historia, con las mejores energías a medida de hombre en cuanto Proyecto Factible, los venezolanos, conscientes de sus objetivos, artífices del hombre nuevo, darán razón al tiempo: al Estado Social Naciente —paso definitivo nacional, regional, continental.
Empeño de todos ha de ser el que las ideas matrices de Libertad, Igualdad, Justicia y Solidaridad, se tornen compartida realidad, donde la verdad y el saber social sean normas de ser de nuestra más legítima elección. “Sólo dedicándose a la sociedad, puede el hombre encontrar sentido a su vida, corta y arriesgada como es.” (Albert Einstein).
El Estado Social Naciente, juntamente con la viabilidad física y la social, define de una vez por todas, en aceleración evolutiva, la viabilidad política en función del Socialismo Nacional Creativo, del Humanismo Socialista, pendiente del desarrollo de las potencialidades del hombre, encargado de plasmar su propia historia en cuanto creador de sí mismo y creador social.
Una y otra institución, particularmente la Universidad, deben estar constantemente ligadas a las metas productivo-creativas del Proyecto Nacional, de cara a la sociedad en conjunto, al país socialista, al servicio de las fuerzas sociales que levantan el nuevo orden nacional. Integrante de una sociedad socialista creativa, el venezolano contribuirá al logro de los cambios en la sociedad proyectada, convirtiendo las fuerzas del mundo físico en herramientas de su libertad. Con orgullo en alma, pecho y corazón: ¡Hasta la Victoria Siempre!


*Profesor Titular, Jubilado, de la Universidad Nacional Experimental del Táchira.
pablumbre@hotmail.com


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