martes, 8 de septiembre de 2009

FRIDA






FRIDA



Acabo de encontrarme con las raíces de Frida con sus senos en flor con sus raídas vestiduras con sus arenas sudorosas con su cabellera en sueño con su vulva sus olas sus enojos Cómo me hubiese gustado vivir junto a ella para tomarle —hundido en su entrepierna— una foto con una cámara Laika durante alguna de sus batallas sus discursos sus orgasmos sus jadeos sus cejas sus ojos La tarde en vena permite saber de la espesura del cuerpo furente de la Frida la que ha hecho mover nuestros horcones El Sol la Tierra asisten con nosotros a la vespertina misa vegetal donde guinda la lluvia sus morrales Frida basta para que el hombre desnudamente se masturbe exista cante ría sea


Pablo Mora




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