miércoles, 10 de junio de 2009

Amanecí de bala

Pablo Mora


Rabian porque Cuba es el más inmediato querer
y la vergüenza de Fidel toda la dignidad en pie de guerra
Víctor Valera Mora (1935-1984)


Chino Amigo, por Harold Alvarado Tenorio, recordé que hace setenta años viniste al mundo, justo el 20 de septiembre de 1935, llegando a ser “uno de los más singulares poetas venezolanos y uno de los más desenfadados que haya producido la lengua... un declarado enemigo de la pacatería, las morales convencionales, los amigos del dinero público y de todos aquellos que venden su conciencia mientras se cambian de ropa interior”.
Por su parte, Pedro Pisanu Molero, alumno de la Maestría en Literatura Latinomericana y del Caribe, promovida por la Universidad de Los Andes, Táchira, en enjundioso ensayo se pregunta: “La poesía deVíctor Valera Mora: ¿Crónica de una edad o presencia de la neovanguardia en Venezuela?” En resumen de marras, aclara: “El presente artículo hace una valoración de la poesía de Víctor Valera Mora, destacando su aliento renovador en medio de la creación poética venezolana de los años setenta. A pesar del tema político que aborda parte de su obra, ésta no puede calificarse de panfletaria, ya que es notable en ella la modernidad de un discurso donde lo caótico y lo cotidiano confluyen en la creación de una voz propia, la cual se ha ganado un lugar destacado en la historia literaria del país”.
Al terrible profesor Manuel Bermúdez, citado por Alejandro Salas, en su “Antología comentada de la poesía venezolana”, se le ocurrió el siguiente juicio: "El amor arriesgado y la muerte por inmersión en el peligro, siempre han sido ingredientes poéticos que han gustado a los lectores, desde Homero a Hemingway, y ese gancho de palabras ha sido el anzuelo verbal con que Valera Mora ha reunido en torno a su discurso a borrachos y abstemios, putas y beatas, intelectuales y obreros, concretos y abstractos, físicos y metafísicos".
Lo que nadie hasta ahora sabe es que la carta que dirigí a Fidel Castro, el 26 de julio de 1998, —suficientemente difundida por Internet— me la dictaste un día que también amanecí de bala, con tremendas ganas de justificar esta guerra. Déjame echarle un vistazo: “Fidel Amigo:
El mundo está con usted y con su Cuba, nuestra Cuba, más bandera que nunca desplegada a la esperanza. A pesar de todas las interferencias en estos días de noche oscura, el mundo sintoniza, está pendiente del Territorio Libre de América. Quienes sabemos del camino, del viento, del Moncada, del Che, de la sierra, de la muerte y la arboleda —los mejores testigos de sus sueños—, rogamos para que Martí los acompañe y nos recuerde que la inteligencia se ha hecho para servir a la patria y que la libertad es la religión definitiva, mientras la poesía de la libertad el culto nuevo. La voz de Europa, la del mundo, la de América y América Latina esperan a cada instante por su voz, por la voz de Martí y la de Bolívar, las voces certeras del encuentro en Libertad. Porque nunca la tierra más firme ni más azul el mar que desde la garita de las islas.
Desde estos ventisqueros de Los Andes, de donde partiera el Héroe a liberar sus patrias, pedimos a la gallarda cubanía, empuñada entre sus manos, ilumine la noche que se cierne sobre América. Que la espada de su isla no cese en la trocha que nos falta por abrir. Que las manos de Bolívar fuljan en sus manos, hasta que América alcance su destino al fragor de sus hazañas, mientras vibre su espada en el camino. Que el ejército rojo, insomne, vele por nosotros en esta noche de América, al lado del barco mercenario que nos mira, nos apunta, nos vigila.
En esta suprema encrucijada de historia y liderazgos, donde cada quien quiere su imagen agigantar, decida usted, amigo, como los héroes, entre el destino y el poder. Usted que tiene la palabra, el destino y el poder, díganos: ¿Cómo subsanar el hambre en Libertad? ¿Cómo sobrevivir? ¿Cómo trascender en sobrevida? ¿Cómo grabar el sueño entre los árboles para que vaya andando en el aire, como ellos, hacia arriba? ¿Cómo compartir la luz del mundo al mismo tiempo que la noche oscura? ¿Cómo condenarnos juntos o salvarnos todos con las mismas manos y las mismas sombras?
Comandante Amigo: Cada uno tiene su Moncada, su encuentro con la historia. Ojalá, entre los reales dominios de la violencia, sepamos ajilar esta caña, abrir este camino entre los dioses y los lobos que asechan la esperanza. Salud, estrella de cinco puntas, estrella de todos los justos. Salud, Sol solitario, Sol de José Martí, Sol del 26 de Julio. Sol de América, Sol del Mundo que haremos, los que vamos a vivir le saludan. Prohibido llorar sobre los vivos. Préstenos su esperanza, ternura y arrechera; sus montañas, sus morteros: su magia, soledad, naufragio y suerte; sus planos, sus trincheras, sus secretos, para empuñar fusiles nuevamente.
Mientras tanto, al calor del merensón, de la música caribe en que se esconde el diapasón del Tiempo, señálenos usted el rumbo, el ritmo, el paso, el viraje, el aire que nos falta, el necesario, para andar en alta mar, en alta vida. Sólo, entonces, el hombre peregrino, en medio de esta horrenda polvareda, marchará alegre y sin ningún sonrojo. Convencido de que roja será la rosa que recuerde su paso. De que roja será la rosa en el azul del sueño. Hasta que vuelva el fantasma a recorrer el mundo y nosotros le sigamos llamando Camarada.
¡Hasta la empuñadura! ¡Hasta la Victoria Siempre, Comandante! ¡Hacia la esperanza! ¡El laurel y la luz del ejército rojo a través de la noche de América con su mirada mira!”
Finalmente, Chino Amigo, el al alimón de “Asombro al descubierto”:

Yo me celebro en la poesíacomo quien celebra una boda con un cuchillopero digo y que mi boca sea borradadesde los últimos rincones del infiernola poesía sacará sus uñasy nos verán a todos y no precisamentecon las manzanas en las manos
Yo justifico esta guerraNuestros deseos los llevamos engatilladoshasta que por las rendijas de las ventanasveamos pasar con su sombrero alado y su vestido de flores y su cesta y su dignidady un gran escándalo en el pecho a la vieja de los pericos
Es todo por hoy amigos míosmañana cuando mi verso se alargue el pantalónregresaré con el viento en armasa reclamar algunas y otras cosas

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